Dónde se almacenan los recuerdos a largo plazo

Descubre lo que debes saber sobre la memoria a largo plazo y sus tipos

Durante años la psicología se ha preocupado de estudiar la memoria, su funcionamiento y todos los tipos de memoria que existen. Se trata de una capacidad cognitiva que nos permite recordar conceptos, vivencias y hace posible que aprendamos y trabajemos de forma efectiva. La memoria es una parte esencial del conocimiento, y además, resulta esencial para la supervivencia del ser humano. Entre los diferentes almacenes de memoria, uno de los más importantes es la memoria a largo plazo. Se trata de un lugar donde guardamos los conceptos de una forma casi perdurable. Datos de vivencias de nuestro pasado que hacen que actuemos como lo hacemos y que nos guían en cómo debemos hacer las cosas.

Los 2 tipos principales de memoria a largo plazo

Otra cosa que debemos saber de la memoria a largo plazo es que contiene diferentes tipos de información. Para poner un ejemplo, no será lo mismo acordarnos de la tabla de multiplicar del 2 que de conducir un coche. Por eso, es necesario aprender los diferentes componentes de la memoria a largo plazo.

La memoria declarativa

Dentro de la memoria a largo plazo, la memoria declarativa es aquella a la que podemos acceder de forma consciente. Es decir, cuando queremos recordar algún dato, como el nombre de un conocido, podemos pensarlo y traerlo voluntariamente a nuestra memoria. La memoria a largo plazo de tipo declarativa está principalmente, basada en proposiciones o en imágenes mentales que recogemos por ejemplo a través de nuestras relaciones con las personas o en nuestro día a día.

Tipos de memoria declarativa

macondo || Shutterstock

Dentro de la memoria declarativa, podemos distinguir dos tipos. Por una parte, está la memoria episódica que se encarga de los datos de vivencias personales y por otra parte, están los datos que almacenamos acerca del mundo y del lenguaje. Esta última es la memoria semántica.

Memoria episódica

Dentro de la memoria declarativa, la memoria episódica, se encarga de codificar experiencias personales, vivencias a lo largo de nuestra vida. Su característica principal consiste en que su codificación ocurre en un momento determinado, que podemos situarla en un lugar en el tiempo. Por este motivo, este tipo de memoria, en base a nuestras emociones y experiencias, también recoge información relacionada con nuestros sentimientos.

Para recuperar la información almacenada en la memoria episódica, las claves contextuales serán fundamentales. Si queremos recordar algo que ha pasado en un momento determinado, tendremos que realizar un viaje en el tiempo, y esta será la clave para recuperar la información. Por otra parte, los estudios aseguran que, cuanto más tiempo tardemos en almacenar la información, mejor la podremos recuperar. Y de ahí a la importancia de poner en práctica ciertos ejercicios que puedan mejorar nuestra memoria para almacenar información con mayor claridad.

Memoria semántica

El otro tipo de memoria declarativa se conoce con el nombre de memoria semántica y está compuesta por las palabras y símbolos que conocemos las personas. La diferencia con la memoria episódica es que carece de carácter temporal. Por ejemplo, seguramente aprendemos en un momento dado cuáles son las estaciones del año, pero el tiempo no es relevante.

La memoria procedimental

La otra parte de la memoria a largo plazo es la memoria procedimental, y la principal diferencia con la memoria declarativa es que la forma de recuperación de la misma es inconsciente. No podemos acceder de forma explícita, sino que tiene que ver con la forma de saber hacer las cosas.

Tipos de memoria procedimental

Dreams Come True || Shutterstock

La psicología y los estudios en materia biológica, también nos dicen que se trata de un almacén que alberga episodios de manera implícita y facilita situaciones en un futuro próximo. Uno de los mayores avances que se ha dado en memoria implícita son los estudios con amnesia, y es que, se trata de una memoria que permanece intacta para pacientes amnésicos.

Las destrezas motoras como andar en bici o montar en coche, están también dentro de esta memoria procedimental. Y es que estas habilidades una vez se aprenden las podemos conservar fácilmente. No en vano se dice, que ir en bici nunca se olvida. Mientras realizamos este tipo de actividades no estamos pensando en cómo lo hacemos, sino que simplemente lo hacemos.

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Mamen Palanca

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad CEU Cardenal Herrera. Amplia experiencia en el campo de la redacción de artículos y reportajes de diferentes temáticas, destacando la psicología. Por este motivo, actualmente continúa su formación académica cursando los estudios de Grado en Psicología por la UNED, motivo por el cuál es una apasionada del campo de desarrollo personal y la gestión emocional.

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