Todo el mundo tiene sus defectos, esas pequeñas faltas que en ocasiones nos harán sentirnos mal y que seguro que quieres corregir. Pero como pasa con todo en esta vida, el primer paso para corregir esos defectos que afectan tus relaciones sociales y emocionales con quienes te rodean es saber de qué defectos estamos hablando. Por eso antes de descubrir cómo corregir mis defectos tengo que aprender a identificarlos, y a partir de ahí tomar medidas para hacerles frente.
Descubrir los defectos del resto del mundo es muy fácil. Basta con fijarnos atentamente en cómo se comportan, y enseguida nos daremos cuenta de los errores que cometen. Sin embargo la cosa no es tan fácil cuando tenemos que analizar nuestros defectos, ya que se trata de cosas que nos parecerán normales, algo que llevamos haciendo toda la vida. La clave para identificar tus defectos es que te conozcas bien a ti mismo, algo que evidentemente no es nada fácil, y que puede afectar seriamente a tu autoestima.
Como no podemos observarnos a nosotros de la misma forma que lo hacemos con el resto, desde un punto de vista externo, buscaremos nuestros defectos observando a quienes nos rodean. Muchas veces cometemos los mismos errores que vemos en nuestro entorno, y de ahí podemos sacar nuestros defectos. Si analizas tu día a día de esta forma pronto encontrarás una serie de actitudes negativas que tenemos asimiladas, y que deberíamos evitar si queremos corregir nuestros defectos.
Piensa que estas actitudes negativas que tenemos tan interiorizadas son una norma a no seguir, y a partir de ahí deberíamos hacer el esfuerzo de acabar con ellas. Cuando dejes atrás estos defectos que no hacen más que perjudicarte te convertirás en una mejor persona, lo que implicará un empujón para tu autoestima. Además, el resto de la gente te respetará más, te tendrá más cariño y gozarás de una aceptación social. Pero la cosa es más complicada de lo que parece, ya que para corregir nuestros defectos hay que completar un largo recorrido.
Supuestamente ya hemos analizado nuestro interior y tenemos una lista de defectos a corregir a los que nos vamos a enfrentar. Este es un paso importante, ya que no todo el mundo es capaz de asumir y asimilar sus defectos. También es importante que estés decidido a dejar atrás esos defectos, ya que hay gente que, consciente de sus defectos, decide seguir adelante con ellos, tratando de disimularlos si es posible o de minimizar los efectos que los defectos que tienen en su día a día.
Siendo conocedor de tus fallos te será más fácil trazar un plan de acción en el que aparezcan tus defectos y la forma en la que piensas superarla. Es importante fijarse plazos realistas, no podemos corregir defectos en nuestra personalidad de un día para otro ya que igual que se han formado a lo largo de nuestra vida también tendremos que pasar por un proceso de deconstrucción de los defectos para que se vayan eliminando o corrigiendo y por un nuevo proceso de construcción que acabe con la creación.
Aunque nos lo tomemos con cierta calma, hay que ir haciendo un pequeño seguimiento de nuestros avances, de forma que sepamos en todo momento si vamos o no por el buen camino. Por último, es muy importante que seas consciente de que aparecerán momentos de dudas y flaqueza. Cuando te veas en esas situaciones evita que aparezca la culpa, un sentimiento que poco a poco se convertirá en un lastre tanto para corregir tus defectos como en tu día a día. Solo a partir de la autoestima y de tu amor por los que te rodean podrás avanzar por el camino correcto hasta cambiar eso que no te gusta de ti.
Cuántas veces hemos escuchado la frase "si te cae mal es porque se parece más a ti de lo que crees". Hay personas que nos caen mal, simplemente porque reflejan lo que nosotros querríamos ser (y no somos). Todos nos encontramos con ese compañero de trabajo que nos cae fatal y simplemente puede ser porque es más gracioso que tú y te quita protagonismo. Lo que podría ser un amigo se convierte en un enemigo. O esa persona que tiene mucha cara y no te cae mal porque sea así, te cae mal porque esa persona puede hacer y decir lo que a ti te gustaría.
Debes valorar las lo positivo que posees. Haz una lista con tus virtudes y cualidades positivas e intenta que sea lo más extensa que puedas, te ayudará a descubrir que tienes muchas ocultas. Puedes preguntarle a las personas cercanas que te digan cualidades positivas que ellos ven en ti y anótalas también. Es más fácil encontrar los defectos negativos que reconocer las cosas buenas que tenemos. Si trabajamos los aspectos negativos y positivos de nuestra personalidad podremos positivizar lo mejor de nosotros mismos y alcanzar nuestros objetivos.
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