Los perros y los gastos son los animales más comunes en los hogares de medio mundo. Animales de compañía que hacen la vida mucho más grata a sus dueños. Pocos se resisten a estos peludos, pero lo cierto es que hay gente que no termina de llevarse bien con ellos. Por ejemplo, con los perros. Un alto porcentaje de la población tiene fobia a los perros. Esta fobia es conocida técnicamente bajo el nombre de cinofobia, y en el siguiente artículo vamos a saber más sobre ella.
La cinofobia o miedo irracional a los perros es un temor extremo hacia estos animales. Muchas de las personas que padecen cinofobia no pueden estar presente de un perro. En casos muy extremos, cualquier conversación que esté relacionada con estos animales, desencadenará el hecho de sentir la fobia y el aumento de la misma.
Hay que saber diferenciar entre el temor a los perros grandes con la cinofobia. No tiene nada que ver una cosa con la otra. Es importante saber identificar cuáles son los síntomas de la cinofobia, pues así sabremos si estamos ante un miedo leve o ante a un temor irracional a los perros que puede dejar paralizada a la persona.
Como cualquier otra fobia, la cinofobia se debe tratar correctamente para poder acabar con ella. Hay bastantes formas de hacerlo, por lo que tener miedo a los perros no es algo irreversible. A continuación vamos a comprobar qué no debe faltar para ponerle fin a la fobia a los perros definitivamente.
Por una parte, como en la mayoría de tipos de fobias, resulta imprescindible la toma de contacto. Hablamos de la exposición gradual a los perros para tratar la cinofobia. Y es que, este tipo de tratamientos para la fobia, es muy eficaz a la hora de poner fin a una fobia a los animales en general. Como imaginamos, consiste en ir acercando progresivamente la figura del perro a la persona. Al principio, esta exposición será mínima, con fotografías o con videos. A medida que la persona confíe un poco más, la exposición será a perros reales. El paciente nunca debe estar solo, pues así irá identificando que esa sensación de peligro en su mente no es real. Una persona al lado que pueda tranquilizarlo es clave.
En segundo lugar, hay técnicas de relajación para evitar la fobia a los perros y suelen ser muy útiles. Hablamos de la meditación o del yoga, ya que en ambos casos la persona logra poco a poco aplacar la ansiedad de forma efectiva. Normalmente suele ser el previo a la exposición gradual, para que el individuo esté lo más tranquilo posible.
Por otra parte, mediante una terapia cognitivo conductual se intentará superar esa fobia a los perros. Esto significa que se intentarán identificar las ideas reales y las irreales. Como cualquier otra fobia, el miedo a los perros va calando, y crea en la mente ideas que quizá no sean del todo reales. Hay que identificarlas y concienciar a la persona de que no está en lo cierto, de que esas premisas no son verdad.
Un punto muy interesante es el uso de las nuevas tecnologías para terminar con la fobia a los perros. Sí, la exposición mediante realidad virtual, es de lo más efectiva. Se coloca al paciente una lente, con la que percibirá situaciones que parecen reales, pero no lo son. Imágenes muy realistas que pueden detenerse en cualquier momento.
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