Para explicar el origen de nuestros sentimientos negativos hacia otras personas, el psicólogo japonés Yoshinori Noguchi, nos habló de La Ley del Espejo en su libro homónimo. Y es que no existe una realidad objetiva, porque todo lo que sucede a nuestro alrededor pasa por nuestro filtro personal de la subjetividad. Esto también ocurre en nuestras relaciones con los demás que, aunque no nos damos cuenta, son un fiel reflejo de cómo nos sentimos nosotros en realidad.
Según esta ley, todos acumulamos pequeños rencores o rabia hacia los demás y tendemos a señalarlos como los únicos culpables de nuestro malestar. Es decir, tendemos a adoptar el papel de víctimas y cargamos toda la responsabilidad en las personas que nos rodean.
Yoshinori Noguchi nos sitúa a todos delante de un espejo para enfrentarnos con nuestro interior que es, en definitiva, el que determina todo lo que nos sucede en la vida. Por ello, la Ley del Espejo demuestra que, lejos de ser los demás los causantes de ese malestar interior, el enfado procede realmente de nuestro interior y éste se puede originar de cuatro maneras diferentes:
Por un lado, el rencor que sentimos hacia los demás se puede dar por similitud. Según Yoshinori Noguchi, a veces nos molestan mucho algunos comportamientos de los demás porque somos nosotros mismos quienes cargamos con esos comportamientos. Cuando nos miramos al espejo no soportamos la imagen que éste nos devuelve de nosotros mismos y, como mecanismo de defensa, nos revelamos contra el espejo y no contra la imagen que vemos reflejada en él.
También podemos sentir un rechazo hacia los demás por oposición, es decir, al tener asumidas determinadas conductas propias, nos podemos enfadar con los demás cuando estos nos muestran conductas opuestas. Y es que el hecho de que los demás se comporten de forma diferente a nosotros, cuestiona en cierto modo nuestra propia identidad, y esto nos enfada y nos hace atacar a los demás.
Según la Ley del Espejo de Yoshinori Noguchi, cuando nos ponemos frente a alguien que nos molesta, en ocasiones no nos enfadamos por su comportamiento hacia nosotros, sino porque nosotros estamos adoptando también ese comportamiento con una tercera persona, y nos molesta mucho que alguien nos lo recuerde.
El cuarto motivo por el cual nos enfadamos con los demás o sentimos una rabia desproporcionada hacia ellos, según la Ley del Espejo, es por idealización de otras personas. O lo que es lo mismo, cuando ponemos a esas personas delante del espejo, no nos gusta la imagen que este nos devuelve porque no esa no es la imagen que realmente esperábamos de ellos.
La Ley del Espejo es una valiosa herramienta de autodescubrimiento personal que siempre suena en el interior de cada persona y en su autoestima positivamente. Sin embargo, cuando miras a través de ese espejo y no te gusta lo que ves, debes intentar emplear esa información que te proporciona el espejo para encontrar la paz contigo mismo y con los demás.
Según Noguchi, cuando sentimos rencor hacia otra persona y no somos capaces de perdonarle, tampoco seremos capaces nunca de alcanzar la paz interior. Sin embargo, si orientamos la imagen del espejo hacia el perdón, entonces sí que seremos capaces de estar bien con nosotros mismos y con los demás.
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