¿Te dan pánico las fiestas de niños por el temor a encontrarte con una muñeca? ¿No puedes entrar en ciertos dormitorios por temor a lo que puedes ver dentro? La pediofobia es el miedo a los muñecos y es una de las fobias más comunes que existen, y que puede suponer un verdadero problema para la persona que la sufre.
Si bien es cierto que existen algunos muñecos que pueden parecer un poco siniestros, lo cierto es que la persona que tiene esta fobia no hace distinciones. Puede ser un muñeco de plástico, un peluche o una barbie, pero si padeces pedifobia, encontrarte con cualquiera de ellos será un auténtico suplicio. Objetos inofensivos que causan un terror intenso. Cuando una persona con pediofobia se expone a estos muñecos puede sentir náuseas, taquicardias e incluso desmayos. Se trata de un miedo irracional que se apodera de la persona, limitándola y causando graves problemas en su día a día.
Si pensamos en el miedo a las muñecas, encontramos pocas respuestas que puedan razonar, a primera vista, este terror antes tales objetos tan poco peligrosos. Sin embargo, si ahondamos un poco en el tema, podemos encontrar diversos estudios que pueden dar una explicación a la pediofobia. Será necesario conocer la causa para poder vencer más fácilmente el miedo a las muñecas. Así que, cuanto más sepamos acerca de la pedifobia, más poder tendremos sobre nuestros propios miedos.
Entre la causa más probable de la pediofobia se sitúa la de que un niño que sufra una experiencia traumática con un muñeco. Puede que de pequeño estuviera en su cuarto y le diera miedo, y a partir de entonces haya evitado los muñecos hasta el punto en el que el miedo ha vencido a su sentido común.
Muchas personas que tienen pediofobia imaginan que el muñeco tiene vida. Diversas películas también han podido acrecentar esta idea. El caso es que, la conducta de evitación hace que el miedo crezca y crezca cada vez más hasta convertirse en un monstruo que controla nuestra voluntad y que por tanto tiene fuertes consecuencias en nuestra salud como puede ser la ansiedad o el estrés permanente siempre que se aproxime a este objeto.
Una persona que padece pediofobia se encuentra muy limitada en su día a día. Hay que tener en cuenta que no podrá interactuar con niños ni rodearse de ellos, ya que a su alrededor siempre hay muñecos. Por otra parte, tampoco podrá entrar en casas de cualquier persona, por miedo a encontrarse uno de sus temores. En cualquier caso, ni siquiera al pasear por la calle, podrá estar tranquilo. Incluso, alrededor de la persona todo es un fluir de emociones negativas por lo que al final es de vital importancia ponerse manos a la obra para superar la pediofobia y recuperar la normalidad.
Esta fuerte ansiedad y esta frustración pueden ser calmadas. Y es que, como todas las fobias, la pediofobia puede ser tratada, y el resultado es siempre beneficioso. Eso sí, el proceso es difícil y requiere de un esfuerzo, pero con ayuda y paciencia, la persona afectada conseguirá por fin, vivir en paz.
La técnica más utilizada para el tratamiento de la pediofobia es la exposición. Se trata de un sistema que debe hacerse de modo gradual, comenzando por ver muñecos en televisión, en fotos, hasta poner a la persona delante de uno por fin.
Es importante contar con la ayuda de un profesional como un psicólogo, que nos irá guiando en todo el proceso y dando las pautas necesarias para superar el miedo a las muñecas y poder llevar una vida de más calidad.
Es importante que sepamos que se puede conseguir, identificar nuestro miedo y superarlo.
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