Internet ha irrumpido en el mundo como una herramienta muy útil y beneficiosa para nuestro día a día. Sin embargo, también ha traído consigo muchos problemas para todas aquellas personas que tienen problemas para controlar o racionalizar su uso. Acceso a Internet en nuestro lugar de trabajo, en nuestra casa, en nuestro dispositivo móvil. Todo esto ha hecho que permanezcamos conectados a Internet y a las redes sociales de manera prácticamente constante. Aquí es donde radica lo que se conoce como estrés digital, aquel que está asociado al uso en exceso de nuestros dispositivos móviles o Internet. Un estrés que cada vez resulta más habitual o implica una problemática en los usuarios.
Y es que, cuando hay una obsesión enfermiza por controlar el uso de las nuevas tecnologías relacionadas con el mundo de internet, o cuando las TIC se convierten en un instrumento prioritario de placer, el usuario pasa de hacer un uso moderado de estas tecnologías a convertirlas en una verdadera adicción. Y la realidad es que el uso de las redes sociales acaba por tener consecuencias sobre nuestras emociones, es el caso de esa "necesidad" de estar permanentemente conectados en muchos casos pasa por ser angustiosa.
En este sentido, para corroborar esa evidencia abusiva de las redes sociales, plataformas de gestión como Hootsuite revelaron en uno de sus recientes estudios que, en concreto, los usuarios españoles dedican una media de 5,20% a Internet. Por su parte, Branwatch la plataforma de gestión de redes sociales publicó en abril de 2019 que las personas que acceden con asiduidad a Internet contemplan una media de 7,6 perfiles activados en distintas redes sociales. Con todos estos datos, y ese miedo que tenemos en muchas ocasiones a perdernos algo, entendido como FOMO, entendemos que en la medida que pasamos mayor tiempo en esta plataforma, es más probable que podemos llegar a vernos afectados por el estrés digital.
Según reveló en 1998 la Royal Society for Public Health y el Young Health Movement las principales señales de alarma que denotan que una persona sufre dependencia hacia internet y las redes sociales son: privarse del sueño para estar conectado a internet, el descuido de otras actividades importantes, pensar en internet constantemente, mentir sobre el tiempo real que se está conectado, o aislarse socialmente, entre otras señales.
En definitiva, se puede afirmar que una persona es adicta a internet o a las redes sociales cuando hace un uso excesivo de estas herramientas tecnológicas y cuando sufre una pérdida de control o síntomas de abstinencia asociados a la imposibilidad de acceder a estas tecnologías.
La adicción a internet y a las redes sociales es en pleno siglo XXI es un fenómeno preocupante, aunque, según apuntan los expertos, este uso abusivo puede ser una manifestación secundaria a otra adicción principal, incluso, a otros problemas psicológicos, como la depresión, la fobia social o los trastornos obsesivo-compulsivos.
Asimismo, una característica común a todas las personas que sufren trastornos adictivos (incluso en los asociados al uso de internet y de las redes sociales) es la negación de la dependencia. No obstante, algunos como ya hemos comentado en alguna ocasión, algunos expertos estiman que determinados comportamientos en las redes sociales pueden ir ligados a ciertos problemas de autoestima.
A día de hoy, la tasa de prevalencia de adicción a internet , según confirman diversos estudios, es de aproximadamente el 6% entre los usuarios jóvenes. Los expertos aseguran que los problemas respecto al tratamiento de la adicción a internet y a las redes sociales distan de estar resueltos en la actualidad. Y es que, las personas con este tipo de trastornos, o bien se niegan a reconocer el problema, o bien solicitan ayuda pero al cabo de un tiempo abandonan la terapia.
Sin embargo, se pueden poner en marcha una serie de claves para superar con éxito la adicción a estas nuevas tecnologías y a las redes sociales:
El objetivo de la terapia en las adicciones es trabajar sobre sus síntomas y en este sentido, es el reaprendizaje de la conducta de una forma controlada. En este caso, es de gran ayuda consultar con un psicólogo especialista en adiciones y mantener sesiones de psicoterapia enfocadas a abandonar la adicción.
Además de la psicoterapia, otra de las claves para superar la adicción a las redes sociales e internet es mantenerse alejado de la adicción durante un tiempo prolongado (1 o 2 años) ya que en a lo largo de este periodo la probabilidad de recaída disminuye considerablemente. A medida que aumenta temporalmente el control de la conducta y que se es capaz de hacer frente con éxito a las diversas situaciones presentadas en la vida cotidiana, el sujeto experimentará una percepción de control, que aumentará la expectativa de éxito de cara a superar su adicción.
Durante el proceso de superación de esta adicción es importante hacer un balance sobre el valor que aportan las redes sociales: ¿Sirve de algo estar en redes sociales? ¿Aprendes algo que te resulta interesante?¿Las redes sociales te aportan las conexiones que estableces con otras personas?
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