Autoestima

La delgada línea entre el ego y la autoestima

El valorarnos a nosotros mismos y estar cómodos con lo que somos puede dar lugar a equívocos. Está claro que tener una sana autoestima es obligatorio para una vida plena y para sentirnos bien y felices. En ocasiones, las manifestaciones de autoestima o las desviaciones de esta misma, pueden acarrear maneras erróneas de concebir la autoestima y eso en los tiempos que hoy corren es una realidad.

El ego es uno de los mejores ejemplos. A menudo vemos a personas que hacen un uso exacerbado de su ego y, lejos de expresar una sana autoestima, solo achacan la culpa a los demás de sus fracasos y no reconocen ninguna responsabilidad. Las personas con sana autoestima se valoran, pero también son conscientes de sus limitaciones. En cambio, las personas que tienen mucho ego no admiten ningún fallo. Esto suele ser debido a que, en realidad, están llenos de inseguridades, y no son capaces de admitirlo, ni a los demás ni a ellos mismos.

Cómo diferenciar entre ego y autoestima

Hemos de ser conscientes de que hay una línea muy fina que separa el ego y la autoestima. Una de las manifestaciones viene a ocurrir cuando nos comparamos con los demás. Mientras que las personas con baja autoestima se consideran peor que los demás, cuando el ego ocupa un nivel que no debe, esas personas creen que son mejores. Por el contrario, una persona con autoestima alta, tenderá a pensar que se trata de personas diferentes. Es este punto donde las diferencias entre el ego y la autoestima cobran realmente sentido.

Para tener una buena salud mental, entender la diversidad será una cuestión clave. Las personas con alta autoestima tienen actitudes positivas hacia ellos mismos, pero también hacia los demás. Humillar o atacar a los demás cuando ves que muestras una habilidad superior no será de una persona con autoestima, sino todo lo contrario. Tener una autoimagen buena de nosotros mismos conlleva no creer que somos mejores que nadie. Por eso, se puede decir que entre los rasgos de las personas con fuerte ego predominan ciertas actitudes propias de las personas tóxicas, por ejemplo, lo podemos observar en un comportamiento que peca de cierta soberbia.

La relación entre el ego y la falsa autoestima

En ocasiones vemos a personas que dan la sensación de tener una alta autoestima. Se trata de gente que aparentemente tiene una concepción alta de sí misma y se muestra feliz. Lo que pasa es que las personas con falsa autoestima suelen confundir lo que es vulnerabilidad con debilidad. Personas que no se dan oportunidad de cometer un error y piensan que nostras debilidades es de personas frágiles son las que muestras esta falsa autoestima.

Las personas con fuerte ego son personas que no admiten sus errores, y no disponen de autocrítica. Esto se traduce en la construcción de esta autoestima falsa. Y es que, sin autocrítica y sin saber cuáles son nuestros errores, es imposible formarse una idea adecuada y saludable de uno mismo.

Narcisismo vs autoestima

Es preciso matizar la diferencia entre una alta autoestima y el narcisismo. La idea de que hemos de tener una alta autoestima para ser felices no se entiende del todo bien, y en ocasiones lo que hacemos por construir una sana autoestima se transforma en la personalidad narcisista tanto a corto como a largo plazo.

Algunos estudios han confirmado que los elogios a los niños por tareas que no se le dan bien o los halagos que son vacíos pueden ocasionar que estos niños formen una personalidad narcisista. Son las buenas críticas y las constructivas las que harán que los niños desarrollen una autoestima alta, con una base sólida que permita que se fomenten las mejores cualidades.

Hemos de ser conscientes de que, los elogios no merecidos no causan buena sensación en un niño, sino que por el contrario, pueden aumentar la inseguridad y fomentar una valoración de sí mismos que conduzca más bien al narcisismo que a la alta autoestima.

Y es que, mientras que la autoestima se preocupa por la cooperación y la ayuda, las personas narcisistas fomentarán la rivalidad y la hostilidad. Esta es la gran diferencia: hablamos de la aceptación frente a la idealización.

Mamen Palanca

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad CEU Cardenal Herrera. Amplia experiencia en el campo de la redacción de artículos y reportajes de diferentes temáticas, destacando la psicología. Por este motivo, actualmente continúa su formación académica cursando los estudios de Grado en Psicología por la UNED, motivo por el cuál es una apasionada del campo de desarrollo personal y la gestión emocional.

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