4 cosas para aprender de la Teoría del Inconsciente de Sigmund Freud

Si hablamos de psicología y de profesionales seguramente se nos venga a la cabeza Sigmund Freud. Este psicólogo fue el primero en hablarnos del inconsciente, en una sociedad en la que se pensaba que todo lo que hacíamos, todos nuestros actos y decisiones, se basaban en el pensamiento consciente. Freud fue el primero en hablar de este tema y en cambiar todo lo que se pensaba hasta entonces. Lo cierto es que el neurólogo austriaco recibió innumerables críticas por su teoría.  Por eso, a partir de este punto es impresincible conocer en qué consiste la Teoría del Inconsciente y cuál es su objeto de estudio.

La Teoría del Inconsciente de Sigmund Freud y su significado

En su época fue tachado de hereje y en la actualidad existen numerosas críticas sobre aspectos de su teoría como la envidia del pene. Sin embargo, nadie puede dudar que Freud abrió la puerta hacia un mundo que supuso un gran avance en la historia de la psicología. No en vano se le llama el padre del psicoanálisis. Por eso, ligamos también esta teoría a los tipos de personalidad que existen y las constantes que cada una de ellas presenta.

A continuación vamos a desgranar los 4 aspectos clave de la Teoría de Sigmund Freud para comprender el conjunto de estados mentales que propone y cómo se deben interpretar.

1. Yo, ello y superyó

Si queremos saber algo sobre la teoría del inconsciente de Sigmund Freud, lo primero que debemos aprender y entender son los conceptos de yo, ello y superyó, las tres partes que componen la teoría de Freud acerca de la mente humana. El "yo" es la parte consciente de nosotros mismos, lo que controlamos y lo que podemos limitar. Por su parte, el "ello" pertenece al inconsciente y su principal guía se basa en los placeres. El "superyó" es la parte esencial para el desarrollo de las personas. De esta forma, podemos entender que el "superyó" es la parte dedicada a la formación de nuestras ideas morales y lo que hará posible que desarrollemos emociones de distintos tipos que derivan a otros sentimientos como la culpa. Se trata de lo más parecido a la conciencia y es una parte importante de nosotros mismos.

2. El deseo y la represión

Uno de los puntos fuertes de la teoría del inconsciente y que más importancia adquiere es la idea de el deseo como centro de todo nuestros pensamientos, y también de la represión como reflejo de la sociedad de la época. Se trata de una represión que a veces hacemos hasta de forma inconsciente, ya que se nos enseña desde pequeños a frenar ciertos impulsos. Freud afirma que la represión puede llegar a frustrarnos, de modo que podemos llegar a ser infelices a causa de las recomendaciones de las normas de una sociedad a menudo van en contra de lo que necesitamos para ser felices. Se trata de una pregunta importante para cualquiera: ¿por qué nos importa tanto lo que piensen de nosotros? Es evidente, que la clave para gestionarlo es ser más reflexivos y tener en cuenta qué críticas tomamos de cada persona para que nuestra autoestima no se vea influenciada por ello (entre otros factores).

3. La interpretación de los sueños

Otra de las grandes aportaciones de Freud. Si hablamos de nuestra parte inconsciente, una forma de saber qué tenemos en esta parte de nosotros mismos es recurrir a los sueños. Mientras dormimos podemos sacar a la luz nuestros deseos escondidos, lo que nos proporciona una puerta hacia nuestro inconsciente. La interpretación de los sueños es necesaria para conocer todo aquello que nuestro consciente no quiere aceptar. Será la forma de ver los deseos que reprimimos y acceder a ellos. El propio Freud distinguió tres tipos de sueños: los que representan claramente un deseo no reprimido, lo que lo representan de forma simbólica el deseo reprimido, que serían los que deberían ser interpretados. Por último, están los sueños que muestran más claramente el deseo reprimido.

4. La fuerza del lenguaje

El lenguaje es una parte esencial del psicoanálisis, y la figura del psicoanalista tendrá que esforzarse especialmente en esta parte para conseguir unos resultados efectivos. Hablar es la única forma en la que el paciente y el profesional pueden entenderse para llegar hasta el final del asunto. Mediante el lenguaje el paciente podrá expresar todo tipo de contenidos, alguno de los cuales él no reconocerá de forma consciente.

Estos son los aspectos clave de la Teoría Psicoanalítica de Freud. Ahora ya podemos comprender cómo funciona el inconsciente freudiano y todo lo que influye en nuestro comportamiento y actitud.