Las relaciones de pareja son de las cosas más complicadas que existen. Si bien es cierto que algunas son fáciles y surgen enseguida, otras son más movidas. Y es que, en estas relaciones están implicados muchos sentimientos y emociones, por eso, antes de enzarzarse en una aventura de estas características, hemos de tener bien claro qué es lo que queremos y por qué comenzamos esta relación, porque de lo contrario, jugaremos con los sentimientos de otra persona, y eso es algo que no debemos hacer.
Y es que, jugar con los sentimientos de alguien no es algo agradable. Hay personas que se divierten haciéndolo e incluso se jactan de sus hazañas engañando a gente. Son el tipo de personas que no se quieren a ellos mismos, que tienen problemas en su vida y solo se distraen de ellos causándoselos a los demás. Por suerte, estas personas se descubren tarde o temprano. Puede que ya hayan hecho el daño, pero nadie tarda en darse cuenta de que han estado jugando.
Por otra parte, hay personas que no quieren hacer daño y que sin embargo, acaban por herir los sentimientos del otro. Gente que se siente tan mal como al que ha herido. Y es que, más allá de la canción de REM "Everybody hurts" es cierto que todos herimos en algún momento a otro, aún sin quererlo. Porque a veces cuando se decide poner fin a una relación también podemos quedar mal, sin haberlo visto venir, por muy buenas que fueran nuestras intenciones y por mucha empatía que queramos aplicar.
Si estás en ese punto, en el que no quieres hacerle daño a otra persona, pero crees que se lo estás haciendo, te recomendamos que te pares a pensar antes de actuar. Para ayudarte, te ayudamos a hacer algunas reflexiones para no jugar con lo que otros sienten, ¡toma nota!
A veces la vida no es fácil. Todos tenemos traumas y llevamos un equipaje de fracasos o frustraciones que pesa demasiado y no nos deja avanzar. Es comprensible que pases por un momento en el que no sepas lo que quieres en la vida, pero lo más justo es que le cuentes a esa persona cómo te sientes o lo que deseas antes de herirla. Si no estás seguro de querer estar con alguien, no juegues a que sí, porque la relación se puede volver tóxica y ambos podéis salir muy tocados.
Puede que sea un momento para analizar lo perdido que estás y ver que igual necesitas ayuda. No te apoyes en la otra persona, ni vayas con ella porque te ayuda o te da pena. Si lo haces a la larga será peor y acabarás haciéndole más daño. Para evitar jugar con los sentimientos de los demás es importante ser sinceros, pero antes tienes que serlo contigo mismo. Si no encuentras tu camino, busca ayuda en un profesional como un psicólogo, puede que te ayude a estar preparado.
La mayoría de nosotros nos hemos sentido engañados alguna vez, ya sea una relación de pareja o de cualquier otro tipo. Puede que hasta te hayan roto el corazón. Seguramente por eso estás leyendo esto, porque no quieres ser la razón de que otra persona lo pase mal, ya sea porque la quieres o porque no quieres cargar con esa maleta de culpabilidad que tanto cuesta aparcar.
Ponerse en el lugar del otro siempre es una buena técnica. Tratar a los demás como te gustaría que te trataran a ti puede ser un comienzo. Eso sí, tienes que ser abierto de mente y ver qué es lo que la otra persona necesita. Habla con ella y sopesa las oportunidades, siendo sincero podréis llegar a una solución. La clave, una vez más está en expresarse con asertividad, para evitar daños colaterales.
En muchas ocasiones pensamos que tenemos la culpa de todo cuando no es así para nada. Puede que estés jugando con alguien sin saberlo o puede que la otra persona esté jugando a hacerte sentir mal. Lo importante es que tengas claro lo que quieres, y que busques ayuda si te sientes confundido. Sé sincero y apóyate en tus seres queridos, en personas que te quieran y vayan a serte sinceros. Así encontrarás la forma de dejar de jugar con los sentimientos de los demás y resolver tus dudas.
Trabajar la responsabilidad emocional es crucial en este caso. Para ello, debes entender tus sentimientos y ser consecuente con ellos, pero también en la manera en la que generas emociones y sentimientos en otras personas.
Trabajar en la responsabilidad emocional es fundamental para tener relaciones interpersonales saludables y una vida emocional equilibrada. Aquí hay algunos consejos que pueden ayudarte a mejorar tu responsabilidad emocional:
En resumen, la responsabilidad emocional implica aceptar, comprender y tomar responsabilidad de tus propias emociones. Esto puede ayudarte a tener relaciones más saludables y a tener una vida emocional equilibrada.
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