¿Tienes la sensación de que todo lo dejas para luego? ¿Aplazar las tareas está afectando a tu estado de ánimo? ¿Te gustaría aprender a no procrastinar y empezar a no dejar para mañana lo que puedes hacer hoy?. Dejar las cosas para más tarde es algo que todos hacemos, y en eso es lo que consiste este precisamente este concepto psicológico de la procrastinación, porque además cuando se convierte en un hábito puede traernos graves consecuencias en todos lo sentidos.
Así, el hábito de procrastinar consiste en aplazar las tareas pendientes, ya sean cuestiones de la casa, familiares o de trabajo. A veces, necesitamos un descanso y podemos aplazar algo pendiente, pero si lo hacemos como un hábito, puede ser bastante difícil deshacernos de la costumbre. También es cierto que existen diferentes formas de procrastinar, pero al final, sean del grado que sean si no queremos que nos perjudiquen tenemos que ponerles fin.
Si comienzas a darte cuenta que procrastinar está afectando a tu productividad, y también a tu autoestima, no te preocupes. Si bien es cierto que mal de muchos consuelo de tontos, no es nada estúpido pensar que, si muchas personas han conseguido dejar de procrastinar con estos consejos, tú también puedes. ¡Toma nota!
Sabemos que a veces, ponerte un plazo significa dejarlo para el último momento, sobre todo si tienes la costumbre de procrastinar. Muchas veces una de las causas de la procrastinación es el miedo al fracaso, el miedo a fallar. Sin embargo, poner plazos personales puede ayudarte a realizar la tarea en un tiempo óptimo. Los plazos funcionarán mejor cuanto menos tiempo se alarguen. Una buena táctica que funciona para dejar de procrastinar para muchos es ponerse plazos pequeños. Por ejemplo, si tienes que estudiar o trabajar, puedes dividir tu jornada en partes de dos horas. De este modo, puedes ponerte metas para realizar en esas dos horas. Esta idea se llama cronogramas, y funciona estupendamente para mejorar en este caso tu autoestima en el trabajo, y en definitiva tu productividad. Además, también lo puedes extrapolar a tu vida personal, de modo que la procrastinación, vaya siendo un hábito cada vez menos presente en tu vida.
Si sabes cuáles son tus defectos y este es uno de ellos, esta es una de las mejores formas de corregirlo. Si no te suena el condicionamiento operante, seguramente te sonará la estrategia de los premios y castigos. Lo hacemos con nuestros hijos, alumnos... ¿por qué no probar con nosotros mismos? Y es que, resulta mucho más fácil trabajar si sabemos que un premio nos espera al terminar nuestra tarea.
La recompensa de poner en práctica este tip para superar la procrastinación puede ser lo que tú prefieras. Incluso, puede que te ayude a superar cualquier tipo de crisis personal con éxito, porque cuando procrastinamos una nube aparece a nuestro alrededor y nos sentimos mal con nosotros mismos. Una película que te gusta, un capítulo de una serie, una cerveza al final del día o una cena apetitosa. Lo suyo es que sea algo que te apetezca y por supuesto, que solo obtengas si haces el trabajo esperado. Si te premias igualmente, no te servirá de nada.
Pues sí, uno de los grandes amigos de la procrastinación son las tecnologías y en particular las redes sociales. Sabemos que muchas veces necesitarás Internet para trabajar, pero es muy importante que te mantengas todo lo posible desconectado de las redes. Si tienes que hacer un informe que te cuesta mucho, saca toda la información posible y apaga el módem. No tengas cerca estímulos como el teléfono móvil o la tablet, y por supuesto, cierra todas las redes sociales. Hoy en día recibimos una gran cantidad de estímulos que puede hacernos complicado prestar atención en una sola cosa. Es importante que mantengamos fuera de nuestro alcance todas las distracciones posibles para poder centrarnos mejor en nuestra tarea y no encontrar excusas para dejarla para mañana. Y al final acabarás enfadándote contigo mismo otra vez.
Hacer lo que toca en el momento no, pero inventar excusas para convencerte de que no hacerlo ahora es la mejor opción... para eso somos unos expertos y más que productivos. El caso es que, ser conscientes de que estamos procrastinando puede ser un primer paso para dejar de aplazar las tareas.
Es importante que sepas que estás procrastinando para evitar hacerlo. No pienses que vas a dejar de procrastinar mañana, empezar a tomar las riendas de tu vida no es una cuestión aplazable, y si procrastinas eso también, entrarás en una rueda imparable. Así que, no te engañes más.
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