Sangre

¿Qué quiere decir soñar con sangre? ¿Has soñado con sangre? Si estás buscando el significado de los sueños, lo primero que debemos de tener en cuenta a la hora de interpretar el significado de los sueños con sangre es que la sangre es el principio de la vida. La sangre nos mantiene en marcha, y sin ella carecemos de vitalidad. En los sueños, la sangre puede derramarse en los cuerpos e incluso teñir la tierra tal y como hemos comprobado en el significado de soñar con tierra. Si soñamos que sangramos, deberemos preguntarnos pues si las actuales circunstancias que vivimos están terminando con nuestra fuerza vital.

¿Qué es soñar con sangre?

Para buscar un sentido a los sueños con sangre nos remontamos al pasado, cuando los gladiadores mediante su sangre conseguían las cualidades curativas o afrodisíacas para su supervivencia. En la actualidad, esto se vería reflejado al soñar con la menstruación en el caso de las mujeres. Pero por norma general, para saber qué es soñar con sangre, tenemos que contemplar la posibilidad de que necesitamos un impulso de energía, que necesitamos cambiar nuestra vida. A menudo, esto queda reflejado en los sueños con sangre en las manos, pues la señal de nuestro subconsciente es evidente. Justamente esto es lo que sucede en los sueños con flores, al final todos los tipos de sueños, crean una vinculación entre ellos que nos ayudan a descifrar todo lo que debemos saber sobre el mundo onírico.

La simbología de la sangre

Como bien sabrás, la sangre es un elemento simbólico muy importante en las creencias. En la mayoría de las culturas la vemos presente en muchos rituales, costumbres y creencias, además de formar parte de mitos antiguos. A la sangre se le han atribuido a lo largo del tiempo propiedades especiales, incluso mágicas, puesto que se la considera un elemento condensador de la vitalidad.

La sangre es relacionada con el color rojo, la vitalidad, el calor corporal, la pasión... Pero a ella también se asocian temas no tan agradables como sacrificios, historias de vampiros... En muchas culturas y religiones la sangre cumple un papel elemental, como es el caso de la sangre de Cristo, por ejemplo.