Desde hace siglos, el concepto del "yo" ha sido estudiado por la Psicología y la Filosofía como una cuestión determinante en la búsqueda y la formación de la propia identidad.
La autoestima es, según los expertos, la valoración del yo. Y por otro lado, el "yo" es el autoconcepto que cada uno tiene de sí mismo. Por lo tanto, la autoestima refleja la valoración que cada persona realiza de sí misma, a partir de ese auto-conocimiento. Es por esto por lo que el sentido del "yo" influye de forma muy significativa en nuestras vidas, y también en la relaciones que mantenemos con los demás.
En el área de la Psicología algunos conceptos como el “Yo”, el “Ego” o el “Self” se han empleado de forma recurrente para designar lo que se conoce como la dimensión autorreferencial de la experiencia humana.
Aunque el primero en describir la autoestima fue William James, este concepto es uno de los más discutidos por parte de la Psicología. Sin embargo, este experto describió la autoestima como la conciencia del valor del "yo". Este psicólogo distinguió entre el "Yo" (observador) y el "Mi" (objeto de la experiencia), y a partir de aquí, empezaron a surgir múltiples teorías que intentaron acercarse al verdadero concepto del "Yo".
Por ejemplo, en el caso de los psicólogos sociales, cuando éstos valoran la autoestima les interesa medir aspectos generales así como las facetas específicas del "yo". Éstos emplean la escala de Rosenberg para medir autoestima general de una persona, y determinar así si ésta tiene una alta o una baja autoestima.
Por otro lado, también hay que mencionar la teoría de la autoafirmación acuñada también desde la Psicología, y la cual afirma que, las personas con alta autoestima tienen una visión del "yo" rodeado de atributos positivos. Y las personas que tienen una baja autoestima no tienen los recursos suficientes como para percibir su propio "yo" rodeado de atributos positivos. Según Sigmund Freud, el "yo" es entendido como la parte consciente de la mente, es decir, una instancia intermedia entre la biología de un individuo y el mundo que lo rodea.
Freud delimitó que el "yo" es una entidad capaz de entender sus propias necesidades y a su vez, de intuir los límites que le marca la sociedad. Porque en su opinión, en el interior de una persona conviven dos fuerzas contrapuestas, el "Ello" (al que siempre le falta algo) y el "Superyó". Sin embargo, otros reconocidos psicólogos como Jung, se refirieron al "yo" como el núcleo de la consciencia humana porque, según él, todo fenómeno psíquico o experiencia vital que sea detectado por el "yo" pasa a ser consciente.
Un punto en el que coinciden los expertos, es que el ser humano no nace con un sentido del "yo", si no que a partir de los 2 años de edad, se empieza a desarrollar el pensamiento representacional, en donde entra en juego el "yo".
Encontrarse a uno mismo, es un proceso que exige continuidad y que puede prolongarse a lo largo de toda una vida. Sin embargo, se pueden poner en marcha unas claves para conseguirlo. Una de ellas, es saber ir más allá de las simples etiquetas que nos ponen los demás (etiquetas que nos ayudan a definir nuestros roles en la vida, pero que no son nuestro "yo" verdadero).
Además de esto, para construir tu sentido del "yo", tu identidad, también te será de gran ayuda rodearte de personas autoconscientes, o lo que es lo mismo, de personas interesadas en sacar lo mejor de sí mismas y en construir su sentido del "yo".
Fuentes consultadas:
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