A lo largo de su vida, Mahatma Gandhi repitió en infinitas ocasiones que "donde hay amor hay vida" . Y es que el amor es un sentimiento que, una vez que irrumpe en nuestra vida, nos ayuda a ubicarnos en este mundo y también nos hace experimentar sensaciones maravillosas.
Quien haya estado enamorado sabe perfectamente todas las emociones que se sienten, aunque probablemente no sea capaz de definirlo con palabras. A lo largo de la vida podemos conocer a muchas personas, pero sólo dejarán una huella imborrable aquellas que se acercan verdaderamente a nosotros, aquellas que se interesan por lo que verdaderamente somos.
El amor llega de forma inesperada, es una conjunto de sencillos detalles que hacen grandes los sentimientos, y es el amor que sale del alma el que realmente deja huellas imborrables en nuestro corazón.
La antropóloga y bióloga canadiense Helen Fisher lleva más de tres décadas estudiando el concepto del amor desde un punto de vista científico. Y una de las principales conclusiones a las que ha llegado, es que el amor romántico tiene que ver con un comportamiento obsesivo, aunque tiene un sentido natural: el de unir estrechamente a dos personas. Según Fisher, el amor se constituye gracias a tres impulsos cerebrales:
Pero lo cierto es que saber amar este todo un arte, como dijo Erich Fromm, y aunque la mayoría de la gente cree en el amor como una sensación placentera, lo cierto es que el amor es un arte que requiere conocimiento y esfuerzo. Porque, tal y como aseguró Thich Nhat Hanh, "amar sin saber amar, hiere a la persona que amamos", y no hay nadie que nazca sabiendo amar con el alma.
Según Erich Fromm el amor es una energía, es un acto de creatividad que ayuda a las personas a expresarse, a crear, a movilizarse...Sin embargo, para amar con el alma no sólo basta con sentir el amor, porque el amor no sólo hay que sentirlo, sino que también hay que vivirlo y darle la forma que se merece.
Amar con el alma implica saber despojarse de todas las necesidades propias para adentrarse en las ajenas. Quien ama con el alma, según Fromm, no busca una relación para aliviar sus carencias, sino que es capaz de extinguir el narcisismo de su interior y el deseo de explotar a la otra persona. Sólo de esta forma se puede llegar a amar con el alma sin miedo, y vivir ese amor con plenitud.
Tal y como diría Fromm, dos personas se conocen pero no se conocen. Y es que, aunque a veces presumimos de conocer a los demás, lo cierto es que no nos tomamos la molestia de hacerlo totalmente. Por ello, para mantener viva la llama del amor en la pareja, es fundamental desear conocer al otro.
El amor es un acto de generosidad porque amar es dar. Amar con el alma supone una experiencia cargada de vitalidad, y si somos capaces de elegir a alguien que comparta esta perspectiva, amar con el alma será algo maravilloso, porque nos permitirá intercambiar con la otra persona lo mejor de nosotros mismos.
Saber si se está enamorado/a hasta el alma puede ser una experiencia única y diferente para cada persona. Sin embargo, hay algunas señales que pueden indicar que se está enamorado/a profundamente:
Si experimentas estas sensaciones, es posible que estés enamorado/a hasta el alma. Es importante recordar que el amor profundo requiere trabajo y compromiso para mantenerlo vivo y saludable.
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