Los 3 tipos de fobias que existen y que debes conocer

Tener miedo es de lo más normal, y cada vez es más habitual desarrollar algunos tipos de fobias en particular. Como ya hemos comentado, las fobias hacen referencia a los miedos irracionales e incontrolables. Por eso, cada uno de los tipos de fobias que existen hacen referencia a un pequeño trastorno en particular. Desde las fobias más raras hasta las fobias más comunes, todas ellas guardan una clasificación específica.

Cómo se clasifican las fobias

Si bien podemos destacar dos tipos de fobias principales como lo son las fobias sociales y las fobias específicas, a este grupo debemos añadirle una tercera: la agorafobia. Por ello, a continuación vamos a desarrollar en profundidad cómo se clasifican las fobias y qué es lo que realmente significa e implica cada una de ellas.

1. Fobia social

Todas las personas podemos sufrir este tipo de fobia. Y, en especial, las fobias sociales se dan como su propio nombre indica en las situaciones sociales, por ejemplo, el extremo miedo a ser juzgado por los demás, a ser señalado. La persona que la sufre la fobia social tiene miedo de estos momentos ya que, le aterroriza poder hacer el ridículo o sentirse juzgado. La fobia social va más allá de ser tímido, y es que, el miedo o la inseguridad que se siente puede ser tan intenso, que ir a trabajar o al colegio puede suponer un verdadero reto.

Las personas que padecen este tipo de fobia social saben que su miedo es exagerado e irracional, pero no pueden hacer nada por evitarlo. De hecho, suelen evitar toda clase de situaciones que les provoquen pánico, que pueden ir desde hacer la compra hasta comer delante de otras personas.

Normalmente, la fobia social comienza a manifestarse en la juventud, y si no se trata puede ir acrecentándose e interfiriendo en la vida de la persona de una forma nociva, en la que la persona se vea limitada, ve como su autoestima se destruye poco a poco y no pueda realizar actividades cotidianas.

2. Fobias específicas

Cuando hablamos de fobias específicas nos referimos a miedos a un objeto, persona o situación. Se trata de algo que puede ser identificado fácilmente. Este tipo de fobia específica va desde las cosas más absurdas como tener miedo a los números impares hasta las más racionales, como desarrollar una fobia a las armas de fuego. Suelen tener su origen en una situación del pasado, y como todos los tipos de fobias, quien la padece sabe que su miedo es irracional y exagerado. El Manual DSM nos cuenta cómo se clasifican las fobias específicas:

• Existen diferentes tipos de fobias específicas. La fobia a los animales es de lo más común, siendo habitual tener miedo a las arañas o a las serpientes. De todas formas, se puede tener fobia hasta un colibrí, por lo que el abanico es variado. Por eso, también es frecuente que las personas sueñen con animales a modo de pesadillas.
• Por otra parte, está la fobia a la sangre. Se trata de una de las fobias más habituales y con frecuencia conduce al desmayo. Si bien es cierto que son muchas las personas a las que no les agrada la sangre, en el caso de padecer una fobia de estas características, la persona siente un profundo malestar que va más allá de un cierto desagrado.
• Otro tipo de fobias específicas son las que se refieren a espacios naturales. Hay personas que tienen miedo a las tormentas y otras miedo a las alturas. Por último, las fobias a las situaciones como volar en un avión, conducir o encontrarse en un lugar cerrado, también suelen ser de lo más habituales.

3. Agorafobia

Son muchas las veces que hemos oído hablar de la agorafobia e incluso se ha representado en muchas películas y situaciones de ficción. Esa persona que no puede salir de casa y solo pensar en poner un pie en la calle le produce un terrible horror. Sin embargo y pese a lo que puede parecer, la agorafobia no es el miedo a salir a la calle, sino a sufrir un ataque de pánico que produce una verdadera crisis en la persona que la padece. 

Por eso, las personas que sufren esta fobia temen cualquier lugar que no reconozcan como seguro, pero no tiene por qué ser un espacio abierto, sino que uno puede sentirse inseguro en su propia casa. Suele originarse a raíz de un ataque de pánico y el miedo a sufrir otros episodios iguales.