Todos sabemos que la perfección no existe y aún así, todos buscamos hacer las cosas lo mejor posible. Es normal querer hacer las cosas bien, y ser perfeccionista no es nada malo si lo hacemos con cautela. Eso sí, el problema se presenta cuando esta perfección se convierte en una obsesión a todos los niveles, sobre todo a nivel psicológico. Son cosas que pueden traer problemas de todo tipo, y otra de las más destacadas es nuestra autoestima, así que es importante no sacar las cosas de quicio.
El caso es que muchas personas tienen la convicción de las cosas deben ser perfectas. No admiten errores en su trabajo, en sus estudios o incluso en su aspecto físico. Cualquier fallo se convierte en un drama y esto puede dar lugar a varios tipos de trastornos como consecuencia de la búsqueda de la perfección que afectan de sobremanera en la vida del afectado. Un ejemplo de ello sería la ansiedad, y es que, por mucho que se empeñen, la perfección no existe. Por eso, hay que hacer ver que lo bonito también está en las imperfecciones porque esa es nuestra huella particular.
No obsesionarse con la perfección no quiere decir dejar de intentar las cosas, es decir, no tiene nada que ver con la procrastinación. Está bien querer hacer las cosas bien, y está bien saber que hemos dado todo lo posible de nosotros mismos. El esfuerzo es una actitud esencial en la vida, y ponerle ímpetu a todo lo que haces se trata de un actitud de lo más adecuada.
Sin embargo, el problema suele venir cuando el esfuerzo por buscar la perfección proviene de personas que tienen una autoestima baja. Si nos conocemos, nos queremos a nosotros mismos y sabemos nuestras limitaciones y ponemos en práctica ciertas actitudes propias de una persona asertiva, entonces podremos hacer un estupendo trabajo. Porque seremos críticos con nosotros mismos y el hecho de ser perfeccionistas y darlo máximo de nosotros mismos no tendrá graves consecuencias. En cambio, si nuestra autoestima no es suficientemente buena buscar la perfección puede tener graves consecuencias, porque puede que nunca estemos totalmente satisfechos con nuestro trabajo.
Es importante poner en práctica estrategias que nos permitan potenciar nuestra autoestima, sobre todo en niños para que no se obsesionen. Las actitudes perfeccionistas tienen graves consecuencias, y aunque tienen un lado bueno, que es el esfuerzo, puede llevar consigo comportamientos realmente nocivos para la vida del afectado.
Hoy en día, cada vez somos más conscientes de los trastornos a nivel anímico que sufren las personas. Se tratan de enfermedades que tienen que ver con la mente y algunas, como puede serlo la depresión, pueden tener consecuencias pésimas en nuestra salud. Existen multitud de tipos de trastornos, algunos congénitos, y otros que se desarrollan con el tiempo. Y entre estos últimos, observamos algunos trastornos vinculados con la búsqueda de la perfección que son altamente peligrosos.
Una de las grandes consecuencias de la búsqueda del perfecccionismo está ligada como decimos a aquellas enfermedades que suelen ser en su mayor parte obsesivas. Se trata de gente que ha sido educada de una forma exigente. Nuestra cultura nos presiona para ser cada vez mejores en cada cosa que hacemos, y para alguien que busca el perfeccionismo, teniendo en cuenta que este no se puede lograr, esta presión se vuelve un suplicio. Aquí es muy complicado vencer el síndrome del perfeccionismo porque en estos casos la persona termina por desarrollar una necesidad de tenerlo todo bajo control que acaba por privarle de su naturalidad.
Cuando alguien desarrolla el trastorno obsesivo compulsivo, suele desarrollar un temor a fallar que hace que abandonen sus objetivos y que eviten sus proyectos. Esquivan todo lo que puede ser arriesgado o dañino y tienen un miedo irracional que hace que se sientan fatal.
Cuando el perfeccionismo afecta a la imagen personal, suele ser habitual que se den trastornos en la alimentación. Vivimos en una sociedad que nos indica cómo debemos ser, lo que debemos pesar y no es que los modelos sean muy fáciles de imitar. Una persona que cumple con este tipo de patrones corre el riesgo de presentar las principales evidencias del síndroma del perfeccionismo de ahí a que sea fundamental conocerlo para combatirlo.
El ideal de una talla minúscula, como la que pasean las modelos por las pasarelas, puede llegar a obsesionar a ciertas personas que quieren un cuerpo perfecto. El hecho de que se les exija a las mujeres un cuerpo perfecto y estar siempre guapas, hace que la anorexia o la bulimia, se manifiesten especialmente en nuestra sociedad. Los trastornos de alimentación vienen a consecuencia de un perfeccionismo adaptativo, en el que la persona trata de conseguir una buena imagen corporal, como de un perfeccionismo desadaptativo, relacionado con las opiniones y las críticas de otras personas.
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