Aunque la ansiedad ha existido desde el principio de los tiempos, últimamente se ha apoderado de nuestra sociedad. Tanto es así que es una emoción negativa que a día de hoy forma parte de nuestro modo de vida. Raro es el día que no oigamos la palabra ansiedad por ningún sitio. Y es que, si no es en una conversación de autobús, la escucharemos de nuestra carnicera, nuestra amiga que ha sufrido un ataque o el vecino de enfrente.
El caso es que la ansiedad está a la orden del día y se consolidado como la gran enemiga del siglo XXI. La ansiedad nos aterroriza y nos crea más ansiedad. Hace que baje nuestro rendimiento, que tengamos ataques, que no podamos dormir y que todo nuestro mundo nos desespere.
La verdad es que, contrariamente a lo que se cree, la ansiedad no es algo malo. Se trata de una emoción propia del ser humano, y como tal, es un elemento adaptativo, es decir, que ayuda a la supervivencia de la especie. La ansiedad es una emoción que nos avisa de que algo funciona mal en nosotros. Nos avisa de un peligro inminente, preparándonos para la lucha o para la huida. Es por esto que nuestro organismo reparte la energía en las partes que más lo necesitan. Por eso, a menudo padecemos algunos síntomas particulares de la ansiedad como lo son los dolores como el típico dolor de estómago o la falta de aire. En realidad, solo es que nuestro cuerpo nos prepara, por lo que pueda pasar.
Si bien nuestro sistema se prepara para la lucha o para la huida, ya que en los tiempos antiguos, los peligros suponían tener que correr para escapar de un león, hoy esos peligros son otros, aunque la herencia de esta emoción, sigue siendo la misma. El lado bueno que tiene la ansiedad es que podemos anticiparnos a estos peligros. Si estamos nerviosos porque vamos a hablar en público y notamos un ligero dolor de estómago o que el ojo nos tiembla, podemos advertir que estamos ante un peligro que nos amenaza, reconocerlo, y poner los medios para solucionarlo.
Si bien hemos hablado de un tipo de ansiedad que nos ayuda, que prepara a nuestro cuerpo e incluso que nos avisa de peligros, también debemos hablar de un tipo de ansiedad que no resulta tan beneficiosa. Lo peor de todo es que, cuando solemos referirnos a la ansiedad con temor, estamos hablando de la ansiedad patológica. Se trata de una emoción catalogada como negativa que surge de forma exagerada en comparación al peligro que previene.
Por tanto, cuando la ansiedad es patológica, nuestro cuerpo manifiesta unos síntomas para protegernos de un peligro que no existe. Los pensamientos negativos inundan nuestra cabeza y nuestro sistema nervioso nos provoca reacciones que van desde la sudoración hasta la taquicardia. El caso es que al no haber un peligro que afrontar, tampoco podemos parar la ansiedad de enfrentarnos al mismo, por lo que este estado permanece, creando una gran sensación de malestar.Ante ello, también es importante tener en cuenta que la ansiedad, el estrés y la depresión tienen ciertas diferencias por lo que a la hora de analizarlo debemos ser cautos.
Una de las teorías que explica por qué la ansiedad se vuelve patológica es la teoría del condicionamiento clásico de Pavlov. Esto quiere decir que, en un momento dado relacionamos un estímulo cualquiera con un temor, de modo que cuando aparezca el estímulo reaccionaremos con ansiedad. Así es como se relaciona la ansiedad con los sentimientos que producen estados nerviosos en nuestro cuerpo. Por ejemplo, si alguien tiene un accidente al volante, puede que cada vez que suba en un coche, los síntomas de ansiedad aparezcan de nuevo.
Es posible superar la ansiedad y poder vivir de una forma más tranquila. El primer paso será ser conscientes de por qué tenemos ansiedad. Además, también podemos probar con ejercicio físico, relajación o ejercicios de meditación. Todos estos elementos harán que nuestra ansiedad disminuya.
Sea como sea, la ansiedad se produce como resultado de un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo. Por tanto, lo que debemos hacer en todo momento es trabajarla para gestionarla correctamente y que con el tiempo esas crisis de ansiedad que podemos llegar a sufrir se vean reducidas.
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