Estas son las soluciones para ponerle fin a la claustrofobia 

¿Cuántas personas sienten auténtico pavor a quedarse encerrados en un ascensor? Como siempre, hay miedos y miedos, pero si estas personas comienzan a experimentar síntomas asociados a ataques de ansiedad, seguramente estemos ante un claro caso de claustrofobia, miedo irracional a los espacios pequeños. Las personas que padecen esta fobia experimentan una potente ansiedad ante los espacios pequeños. Una ansiedad que interfiere en su vida diaria y que, por tanto, los limita en ciertas situaciones.

Qué es la claustrofobia y qué síntomas tiene

La claustrofobia cuenta con un miedo a la restricción. Un miedo que nace en el cerebro y que se convierte en un miedo irracional a los espacios cerrados, a la limitación de movimiento. Miedo a sentirse atrapado. Pero, además, esta fobia también está relacionada con el miedo al ahogo. Así, podemos decir que la persona con miedo a los espacios pequeños no teme a la situación en sí misma. Tiene más miedo extremo a las consecuencias de quedar atrapado en ese sitio.

El miedo incontrolable de la claustrofobia, no se debe a que el lugar sea oscuro o pequeño. Está más asociado con pensamientos y rumiaciones sobre las consecuencias que derivan de ese encierro. Consecuencias que no se ajustan a la realidad en absoluto. Los síntomas de una persona con claustrofobia pueden variar. No obstante, lo más probable es que sufran sensación de falta de aire, sudoración, palpitaciones, hiperventilación, temblores, opresión en el pecho, desmayos, náuseas y sensación de muerte inminente.

Soluciones para ponerle fin a la claustrofobia

Evidentemente, como cualquier otra fobia, es necesario ponerse en manos de un especialista. Curar algunos tipos de fobia por nuestra cuenta no es imposible, pero siempre es mejor contar con la experiencia de alguien que sabe exactamente cómo aliviarnos. Los pasos que se siguen en la terapia de la claustrofobia son varios. Para empezar, es necesaria una etapa de formación. Es importante conocer qué es la fobia a los espacios cerrados, por qué se origina, como se mantiene y cuáles son sus síntomas.

Una vez sepamos a qué nos enfrentamos, tendremos que aprender a controlar la ansiedad ocasionada por los espacios cerrados. Así, un profesional se encargará de mostrarnos técnicas para reducirla en etas ocasiones. Estas técnicas suelen estar relacionadas con el control de la respiración (para evitar la hiperventilación), visualización y la sustitución de los pensamientos negativos y catastrofistas por pensamientos positivos.

Cuando el paciente tenga controladas estas técnicas de relajación, será momento de eliminar el problema de la anticipación. Las personas con claustrofobia suelen anticiparse. Hacen predicciones, siempre negativas, sobre lo que puede sucederles cuando están en un espacio cerrado. Así, una persona con fobia a los espacios cerrados sentirá que al entrar en un ascensor puede caerse, o simplemente pararse y quedarse sin aire. Ante esto, un profesional usará técnicas cognitivas que se dirigen a reducir la ansiedad ante la incertidumbre. Debe ser prioridad saber esperar y ver cómo poco a poco, los acontecimientos no son tan nefastos como uno espera. Sí, definitivamente aprender a esperar sin que los pensamientos negativos inunden la mente es esencial.

Para terminar, llega el último paso y el más importante: la exposición a las situaciones de fobia a los espacios cerrados.

Antes de exponer a una persona con claustrofobia a un espacio cerrado, es conveniente explicarle en qué consiste esta técnica y cómo se va a aplicar. Además, esta exposición se debe hacer de una forma gradual y progresiva, con situaciones que producen miedo. Deberán permanecer en esa situación hasta que la sensación de pánico poco a poco desaparezca. Por este motivo, es importante hacer una jerarquización de esas situaciones, para comenzar con las más suaves e ir ascendiendo poco a poco. No sería nada recomendable exponer a alguien a su máximo miedo nada más empezar.