Cuestiones como un alto grado de irritabilidad, la hostilidad o la negatividad afectan a la personalidad susceptible. Este tipo de personalidad, es compleja de comunicarse con otras personas porque a lo largo de una conversación se producen palabras difíciles de gestionar que acaban por perjudicar a ambas partes.
Desde el punto de vista de la psicología, cuando se habla de la personalidad susceptible se alude a la manipulación inculpatoria, una táctica que suelen poner en práctica las personas altamente susceptibles. El enfado es una emoción tóxica y como tal, se trata de un mecanismo de defensa que a las personas susceptibles les sirve para combatir el malestar. Estos son algunos de los rasgos característicos de las personas susceptibles:
En el día a día podemos encontrarnos con personas que se enfadan cuando sacamos un determinado tema de conversación, y que manifiestan una intensa, y a la vez desmedida, respuesta emocional cuando decimos algo que no les gusta. Este es un rasgo típico de la personalidad susceptible.
Las personas que tienen una personalidad susceptible suelen emplear estrategias para hacer sentir mal a quienes interactúan con ellas. Estas estrategias pueden ir, desde el aislamiento de la otra persona obviando su presencia, hasta ataques directos y ofensas contra ella. A través de estas estrategias tratan de manipular a las personas de su entorno intentando llevárselas a su terreno.
Si la persona susceptible siente que está siendo atacada, su respuesta inmediata será la de atacar a la otra persona así como la de ponerse una coraza defensiva ante todo lo que le digan. De esta forma, la persona susceptible intenta minar la seguridad y la confianza de quienes interactúan con ella.
La Asociación Americana de Psicología (APA) ha publicado recientemente un artículo en el que aborda la ira y las formas de manejarla, y desvela que las personas susceptibles que se enfadan con facilidad, por lo general, tienen lo que se denomina baja tolerancia a la frustración porque no aguantan los inconvenientes.
Después de abordar las principales características de la personalidad susceptible no es difícil deducir que, el trato diario con este tipo de personas es muy difícil, por lo que en ocasiones podemos sentir la tentación de dejar a estas personas de lado. Sin embargo, y teniendo en cuenta que la base de cualquier relación de éxito es el respeto, cuando intentamos entablar una relación con una persona susceptible lo primero que debemos hacer es respetar su forma de ser.
Para tratar con personas susceptibles debemos entender que cada persona es distinta, que cada uno puede atravesar malos momentos en su vida, o que puede tener problemas y preocupaciones que agranden aun más esa susceptibilidad. Si conseguimos ponernos en la piel de una persona susceptible, podremos llevarnos mucho mejor con ella pues, solo de esta forma, seremos capaces de comprender cómo se siente realmente esa persona. O lo que es lo mismo, debemos ser más empáticos cuando tratamos con una personalidad susceptible.
Sí, estas personas también tienen cualidades, y es muy importantes saber valorarlas para entablar así una relación positiva con ellas. Se trata de reforzar sus logros y sus avances para que estas personas vayan, poco a poco, sintiendo mayor confianza y aumenten progresivamente su nivel de autoestima.
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