La cama es el lugar donde acabamos nuestro día; donde descansamos, dormimos y damos rienda suelta a nuestra intimidad. Soñar con una cama, especialmente si es la nuestra, simboliza la calma, la paz interior y la sexualidad. ¿Pero qué ocurre cuando soñamos con una cama que está sucia o muy desordenada? ¿El significado del sueño seguirá siendo el mismo? Pues no; mucho nos tememos que esa sensación de paz y desconexión desaparecerá por completo. El caos, la autoestima baja y tu posible incomodidad ante las relaciones son solo algunas de las interpretaciones que pueden extraerse de este sueño. Vamos a analizarlas.
¿Qué significa soñar con Cama sucia?
Este tipo de sueño no suele tener una interpretación demasiado positiva, pero todos los problemas que evidencia pueden tener fácil solución.
- Soñar con una cama sucia significa que tu autoestima no pasa por sus mejores momentos:
¿Has vivido algún desengaño últimamente? ¿Tu pareja te ha engañado, has tenido un conflicto fuerte con algún amigo o familiar o simplemente no has conseguido tus objetivos? En ocasiones, nuestro amor propio puede verse mercado ante cualquier tipo de problema; de nosotros depende reforzar todas las caras de nuestra autoestima para salir reforzados ante cada revés de la vida.
- Soñar con una cama sucia significa que no te encuentras demasiado cómodo/a con tu sexualidad:
Esto puede deberse a tres factores: que todavía no hayas encontrado una pareja sexual compatible contigo, que te dé apuro conocerte a ti mismo/a (en el sentido más íntimo de la palabra) o que la vida sexual con tu pareja se haya estancado (ya sea porque no encontráis el momento para dar rienda suelta a vuestros deseos, ya sea porque no os atraéis tanto como antaño). ¿Nuestro consejo? La comunicación es la clave de todos los problemas.
- Soñar con una cama sucia significa que te sientes desbordado/a por los problemas:
Por muy fuertes que seamos de mente y muy claras que tengamos las cosas, lo cierto es que a veces podemos sentirnos desbordados ante ciertas situaciones de la vida (la pérdida de un ser querido, un problema familiar o de pareja, un conflicto en el trabajo, etc.) No siempre sabemos estar a la altura de todas y cada una de las circunstancias que nos toca vivir, pero de nosotros depende hacer nuestro día a día lo más llevadero posible. Por muy grande que te parezca tu problema, rómpelo en pequeños trozos y empieza a solventarlos uno tras otro. ¡Despacito y con buena letra!