Sabemos que los egipcios han sido fuente de inspiración para las civilizaciones posteriores en numerosos asuntos. También, que tenían una profunda relación con los dioses y el más allá. Pero, ¿te imaginabas que se les considera uno de los precursores de la hipnosis? Te sorprenderá el papel cumplían los templos del sueño en Egipto y su interesante teoría sobre la interpretación de los sueños. ¡Un descubrimiento que no te dejará indiferente!
¿Qué son los templos del sueño egipcios?
Olvídate de Lúxor, Karnak o Abu Simbel, cuando hablamos de templos del sueño en Egipto nos referimos a otro tipo de recintos. Los templos oníricos egipcios no eran tumbas funerarias, sino edificaciones dedicadas a la sanación a través de los sueños. Sí, aunque parezca difícil imaginarlo, eran una especie de “hospitales”, en los que se curaba todo tipo de padecimientos, especialmente, aquellos relacionados con la psique.
Y no se trataba de una práctica minoritaria o enmarcada en lo que hoy consideraríamos pseudociencias. Muy al contrario, la sanación mediante los sueños en Egipto estaba al mismo nivel que la Medicina. De hecho, estaba en manos de un colegio sacerdotal muy especializado y que gozaban del máximo reconocimiento y reputación. Por supuesto, cuentan con un manuscrito para ayudarles en la interpretación de los sueños, conocido como Papiro Chester Beatty III, en honor al patrocinador de la excavación arqueológica en la que se descubrió.
En el proceso de sanación que se realizaba en estos templos del sueño se usaban distintas herramientas. Además de explicar el significado de los propios sueños, se aplicaban baños calientes, se realizaban sacrificios a determinados dioses o se ingerían ciertas sustancias. Pero, sobre todo, los sacerdotes oníricos se valían de la hipnosis.
Ritual de sanación en los templos del sueño
Veamos en detalle como se procedía dentro de los templos del sueño egipcios. Ya hemos destacado que la hipnosis es el instrumento esencial que permitía a estos “médicos” del alma y del cuerpo curar mediante los sueños. Estas sesiones hipnóticas están perfectamente descritas en el Papiro de Ebers, considerado un verdadero tratado médico, datado en el 1550 a.C, durante el reinado de Ramses II.
Al templo llegaban personas con todo tipo de dolencias, tanto físicas como psicológicas. Los enfermos recibían el nombre de buscadores y, como decíamos, eran atendidos por unos sacerdotes especiales. Entre ellos, figuras tan importantes como Imhotep, que ha pasado a la Historia universal como el primer médico reconocido como tal.
Centrémonos ahora en el procedimiento de sanación que se seguía en estos templos del sueño. Existían distintos métodos para conseguir que el paciente entrase en un estado de somnolencia controlado, utilizando técnicas hipnóticas distintas. Pero, en todos los casos podemos encontrar estas fases:
- Paso Primero: El paciente se somete a un proceso de purificación, que incluye baños, ofrendas a los dioses y meditación.
- Paso Segundo: Es el momento de transitar hacia un estado de semiinconsciencia. Los cánticos y rituales religiosos forman parte de la técnica de hipnosis que usaban los sacerdotes egipcios. El objetivo es que el buscador entre en una especie de trance, dónde aparecen los sueños, que no son otra cosa que los mensajes mandados por las deidades.
- Paso Tercero: La persona recupera el estado de consciencia y trata de explicar al sacerdote lo que ha soñado. Estos son los únicos con capacidad de analizar e interpretar los sueños.
Sin duda, estos templos del sueño jugaron un papel esencial en el desarrollo de la sociedad egipcia. No solo eran espacios sanadores, también servían para poner en contacto el mundo real con el más allá, un aspecto clave para entender a esta civilización que creía en un sistema de vidas paralelas entre la vida terrenal y la de ultratumba.