Afecto, cariño, empatía, dulzura… si repetimos esta serie de sentimientos por otra persona, seguramente pensemos que estemos hablando del amor. Pero es algo más que eso. Todos estos elementos hablan de la ternura. Ese sentimiento positivo y especial que hace que la vida sea un poco más bonita para todos.
La ternura es la responsable de los gestos de cariño, de las ganas de cuidar al otro o de los regalos inesperados. Es ese sentimiento que desprendemos hacia otra persona. No importa si es una pareja, un animal o un objeto amado. Se trata de un valor con gran poder, y es que el sentimiento de la ternura es el responsable del amor, de que tengamos lazos de afecto con otras personas.
En un mundo como el de hoy en día, proyectar la ternura es un acción muy temida. En unos tiempos en los que el miedo invade nuestra existencia, mostrarnos vulnerables hacia una persona, animal o cosa, resulta en ocasiones, y erróneamente, indigno y cobarde. Solo los más valientes se atreven a abrirse al amor o a mostrar sus sentimientos.
La fortaleza de la ternura
No todo el mundo es capaz de entender el valor de sentir ternura y el amor y de expresarlo. Hoy, vemos como muchos de nosotros estamos convencidos de que, mostrar nuestra vulnerabilidad nos hará daño. Pero la ternura solo hará que hacernos más fuertes.
Amar a alguien no es ser más débil, es ser humano. El tener el valor de reconocerlo y dar todo de nosotros es lo que nos hace más valientes. En cuanto entendamos y sepamos esto, tendremos las claves para sentir la ternura y no temerla. Porque se trata de un sentimiento que conmueve a quien lo proyecta y también, reconforta a quien lo recibe.
Como bien decía Oscar Wilde, la ternura es la fuerza del amor. Ese ingrediente secreto que hace que la belleza de la vida tenga sentido y se proyecte. La ternura está en un libro, en un cuadro, en una poesía. Es la ternura la responsable de todo lo bello que sucede en la vida.
Es fundamental que la ternura se respalde por la seguridad de uno mismo. Sin confianza no hay entrega, y este es precisamente nuestro acto de valentía. La expresión de la ternura no es vistosa, sino que la encontramos en pequeños detalles.
El deseo fundamental de que el otro esté bien. Mostramos ternura al escuchar a la persona, al cuidarla cuando lo necesita o ayudarla en todo momento. Los gestos, el interés y el amor incondicional, serán los que determinen la expresión de este sentimiento tan poderoso.
La ternura y el amor
Hoy en día, el amor verdadero está desvirtualizado. En una sociedad individualista, donde la seguridad en uno mismo se asocia al egoísmo, hemos descuidado la ternura por encima de todo. Las parejas que se faltan al respeto y solo piensan en quedar por encima del otro. Se trata de la expresión más contraria a la del amor.
Y es que, la ternura, es lo que hace que una relación perdure. El poder del amor más verdadero, por el que tenemos la necesidad de que la otra persona esté bien, por la que realizamos ese acto de donación más desinteresado.
No todo podemos experimentar esta ternura de la que hablamos. Hay que buscarla en los más recóndito de nuestra alma y dejarla salir. Se requiere mucha serenidad para expresar la ternura y el amor, que hace que nuestra piel se erice y sintamos la reconfortante mano de la vida.
Hemos de tener en cuenta que, no solo en la intimidad se expresa la ternura, y es que, no hablamos de sexualidad. La ternura se expresa en la necesidad de que la persona amada esté envuelta de todo el cariño que sentimos hacia ella.