¿No tienes la sensación de que las imágenes de tus pesadillas se mantienen frescas en tu mente, mientras es imposible recordar los sueños agradables? Lo cierto es que no hay una confirmación científica de esta diferencia. Nos cuesta recordar todo lo que soñamos, sea o no agradable, o solo somos capaces de hacerlo nada más despertarnos y enseguida perdemos esas pocas imágenes. Sin embargo, es posible entrenar la mente para mejorar esa capacidad de recordar los sueños, como te mostramos.
Entender el mecanismo del sueño
Antes de pasar a los consejos prácticos que te permitan recordar tus sueños, conviene entender el mecanismo mental que los produce. La mayor aparte de los sueños se generan en la fase REM, la más profunda, y cuando los sistemas encargados de consolidar la memoria están desconectados. Por eso, solo recordamos sueños de mucha intensidad que nos despiertan de repente. Y, en general, recuerdan más las personas que duermen de manera intermitente, que se despiertan varias veces durante la noche.
Sin embargo, conocer nuestros sueños es interesante porque dicen mucho sobre nosotros mismos. De hecho, son la herramienta que usa la mente para procesar lo vivido y, sin duda, nos ayudan al autoconocimiento. ¿Te animas a saber más sobre lo que sueñas? Toma nota de estos consejos para recordar los sueños.
1. El momento de irte a la cama
Como para todo lo relacionado con el pensamiento, la actitud que adoptes es importante para obtener buenos resultados. Así que, vete a la cama con la predisposición de acordarte de lo que sueñes esa noche. Recuerda que todos soñamos, aunque no nos acordemos. Por tanto, acuéstate con ese convencimiento y la voluntad de recordar esos sueños. Sé constante, no vale hacerlo solo una noche.
Puede ayudarte hacer un pequeño repaso de tu día antes de quedarte dormido. Revivir esas experiencias hace que se consoliden en tu mente y que afloren en durante el sueño.
2. Despiértate sin brusquedades
Intenta no levantarte de la cama según te despiertas. Quédate unos minutos tumbado, con la mente en blanco. En el momento que recuperes alguna imagen del sueño, concéntrate para que te vengan más sensaciones. Aunque te pueda parecer complejo, es cuestión de práctica, es una técnica que dominarás poco a poco.
3. Libreta y bolígrafo en la mesilla
La idea es que anotes lo que recuerdas de un sueño nada más despertarte. Al anotarlo es posible que, además, te vengan a la mente más detalles. Pero, sobre todo, es esencial la inmediatez, que dejes plasmado el sueño con rapidez y sin dejarte nada, con minuciosidad. Esta especie de diario de tus sueños te será muy útil después, cuando te autoanalices, sobre todo, si hay reiteración de determinados sueños.
4. Controla tu sueño
Si realmente estás muy interesado en conocer tus sueños, puedes adoptar una medida algo más drástica al principio. Como los sueños se producen en la fase REM, si te despiertas en ese momento es más fácil que recuerdes lo soñado. El momento REM se repite cada 15-30 minutos mientras duermes. Se trata de que hagas un cálculo para que la alarma del despertador coincida con uno de estos periodos.
5. Bebe agua antes de acostarte
¿Sorprendido? Te estamos dando justo el consejo contrario al que has escuchado desde pequeño. Pero, tiene toda la lógica porque se basa en la misma idea. El agua hace que te despiertes a orinar en medio de la noche. Si este despertar coincide con la fase REM, es probable que te permita recordar lo que soñabas.
6. No te obsesiones
Como ya hemos señalado, todos soñamos cuando dormimos. Y no una vez, sino una media de 7 u 8 sueños cada noche. Así que, teniendo paciencia, decisión y constancia, antes o después vas a conseguir recordar tus sueños.