El sentimiento de inferioridad también conocido como el complejo de inferioridad eses una sensación que muchas personas padecen. De hecho, casi todos nos sentimos inferiores alguna vez en nuestra vida. Y es que, tanto una autoestima baja como ciertas circunstancias nos pueden jugar malas pasadas.
Los sentimientos negativos se instalan en nuestro ser y no nos dejan ver la realidad. Las personas que tienen sentimiento de inferioridad no solo tienen una visión distorsionada de lo que ellos mismos son, sino que además, esto les cuesta un sufrimiento enorme. Aprender a valorarse y a desarrollar el amor propio es fundamental para poder eliminar el sentimiento de inferioridad de nuestra vida para que todo funcione bien.
Una de las cosas más importantes que debemos hacer si queremos superar ese complejo de inferioridad que tanto nos angustia, es trabajar nuestra autoestima. La percepción que tenemos de nosotros mismos será la clave para poder quitarnos ese lastre de la inferioridad de encima.
Las 3 cosas que debes tener en cuenta para hacer frente al complejo de inferioridad
Es necesario destacar que todos nos sentimos inferiores alguna vez en nuestra vida. Eso sí, cuando se trata de un sentimiento continúo que no nos deja funcionar, tendremos que tomar cartas inmediatamente en el asunto. A continuación vamos a ver cuáles son las estrategias clave para superar el sentimiento de inferioridad y comenzar a vivir de otra manera mucho más placentera.
Cuidado con los pensamientos
Una de las causas más comunes de que las personas experimenten sentimiento de inferioridad se centra en los pensamientos. Nuestros pensamientos influyen más de lo que imaginamos en nuestras emociones y en la vida, aprendemos e imitamos muchos comportamientos sin darnos cuenta, y puede que frases como “no valgo para nada” o “no voy a poder”, se instalen en nuestra cabeza como un mal inquilino. Puede que te parezcan solo frases, pero en realidad, todo lo que sentimos viene de lo que pensamos. Y no es fácil echar a estas frases de nuestro pensamiento, pero con trabajo y esfuerzo, podemos conseguir sentirnos mejor. Porque vale la pena.
Controlar los pensamientos negativos comienza por cuestionarlos. Una buena idea es la escritura por sus beneficios espirituales, de modo que si plasmamos todos los pensamientos que nos perturban y después, los analizamos nos sentiremos mejor. Seguramente encontrarás que muchos no tienen sentido si los racionalizamos, y así podemos quitarle la importancia que les damos.
No te compares
Compararse es uno de los males más grandes que existen para nuestra autoestima. Y es que, necesitamos compararnos cuando nos sentimos de menos, y cuando sentimos eso, nunca vamos a encontrar nada mejor en nuestro mundo que en el de los demás. Al compararnos, nuestro criterio está contaminado. Partimos de la base de que el otro es mejor que yo, y en lugar de tener una visión objetiva, buscaremos pruebas de que nuestra afirmación es real.
Además, la mayoría de personas no disponen datos suficientes de la gente con la que se compara. Sin conocer los problemas ajenos todo parece mejor, pero recuerda que cada uno tiene sus campos de batalla y no todo es tan bonito como parece.
Destaca tus puntos fuertes
La humildad es un valor que sin duda nos da mucha cosas buenas, pero abusar de ella tampoco es bueno. Y es que, una cosa es ser humilde y otra, no ver tus propias habilidades. Una característica común entre la gente que se siente inferior se siente es que no es capaz de reconocer sus puntos fuertes.
Si tienes una habilidad, trabaja en ella, eso te hará sentirte mejor contigo mismo y aumentará tu autoestima. Es importante saber que no todos somos perfectos, por lo que debemos explotar aquello que mejor se nos da.
No quiere decir que no tengamos que esforzarnos en las demás cosas, sin embargo, reconocer tus habilidades te hará darte cuenta que eres una persona válida y que no tienes por qué sentirte inferior a ningún otro. Así que, a partir de ahora, en lugar de fijarte en lo que se te da mal y los demás sí que saben hacer, fíjate en lo que haces bien y los demás no consiguen. Se trata de darse cuenta que cada uno tiene su cualidades.