Más de una vez habrás oído eso de que no importa lo que los demás piensen de ti, sino la imagen que tú tengas de ti mismo. A grandes rasgos, en eso consiste el amor propio, en la capacidad de quererte a ti mismo independientemente del resto del mundo. Tener amor propio hará que puedas dejar atrás tus miedos y temores, te hará ganar autoestima y confianza, y es un amor duradero. Pero el amor propio no es algo innato, uno tiene que aprender a amarse. Es un paso imprescindible hacia el amor verdadero.
Nadie tiene la obligación de completarte, eso es algo que debemos encontrar nosotros mismos. Y, a fin de cuentas lo necesario es aprender a confiar en uno mismo, porque desde dentro hacia fuera, es donde está el camino. A través de la escucha de tu alma y de tu yo interior y del impulso de la autoestima generarás ciertas relaciones saludables para convertirte en una persona que ama de verdad y que es capaz de ser amada sin que se generen nocivas relaciones de dependencia emocional. Pero nos estamos desviando del camino hacia el amor propio, un camino que empieza derribando las 4 conductas que minimizan tu amor propio.
Construyendo el amor propio paso a paso
Durante años te puedes boicotear a ti mismo, perjudicando tus propios intereses y tu amor propio. Aprender a gestionar las emociones y a amarse no es fácil, y empieza ignorando lo que piensan los demás. Hay que mirar hacia delante, no hacia el lado, conectando nuestras percepciones y valorando lo que tenemos. Por eso mismo tampoco podemos sentirnos víctimas ante cualquier problema, sino que buscaremos la mejor solución a esa dificultad. Nos ayudará a ser más autoeficientes, ganaremos en lo que se refiere a nuestra superación personal y por tanto aumentará la satisfacción que tenemos por nosotros mismos, y consecuentemente la autoestima.
Otro error muy habitual que daña nuestro amor propio es el exigirnos más de la cuenta, intentar ser como los demás y fijarnos objetivos que difícilmente alcanzaremos. Hay que dejar atrás este tipo de exigencias excesivas, que harán que siempre nos sintamos insatisfechos, y fijarse metas realistas, al alcance de uno mismos. El cuarto hábito que dañarán tu amor propio son las autodescalificaciones, el hablar mal de ti mismo. Muchas veces lo utilizamos como excusa, pero es algo que no nos sirve de nada.
La autoestima y el amor a uno mismo
Además de modificar esas conductas que minimizan tu amor propio, para construirlo o aumentarlo debes reforzar tu autoestima, la imagen que tienes de tú mismo. El primer paso sería identificar las situaciones o crisis que afectan y disminuyen tu autoestima. Pueden estar en el trabajo, en casa, con tu pareja, con los amigos... es algo difícil de controlar y afrontar. La autoestima y amor propio están estrechamente relacionados, y a medida que suba tu autoestima lo hará tu amor propio pero si este baja tendrás baja autoestima sin lugar a dudas.
Por eso es importante saber interpretar las señales que afectan el amor propio. ¿Son emociones buenas, malas o neutrales? Si son negativas, deberías hacer un esfuerzo por dejar atrás esos pensamientos negativos y transformarlos en positivos, o extraer la parte “buena” que tienen todos los pensamientos negativos para que sean algo constructivo, que nos ayude a avanzar en el largo proceso o de reforzar nuestra autoestima y de aprender a amarnos a nosotros mismos. Un pensamiento negativo puede ser inspirador o ayudarte a mejorar si sabes transformarlo.
Todas las personas necesitamos sentirnos amadas, valoradas y aceptadas, lo que muchas veces nos lleva a adoptar posiciones, estilos o compañías que no acaban de gustarnos para cubrir esas necesidades. La autoestima es determinante a la hora de dar el paso de seguir con esa línea o de tomar nuestras propias decisiones, y solo una persona con la autoestima alta y amor propio será capaz de optar por el buen camino. En cambio, una autoestima baja puede tener consecuencias dramáticas, empezando por las dificultades para encontrar el amor propio y alcanzar el amor verdadero.