Qué repercusión tienen los pensamientos en el estado anímico

Como saber la repercusión de los pensamientos sobre las emociones

Primero está el pensamiento, y luego la emoción. Cuando llega cualquier información a nuestro cerebro, la mente la evalúa en cosa de segundos. Si esa evolución o pensamiento es positiva, nos encontraremos ante una emoción positiva, y si la evaluación es negativa, tendremos emociones negativas.

Así es como se van desarrollando los principales tipos de emociones, positivas y negativas, a través de estas acciones. Sin embargo, si no se produce ese pensamiento (por ejemplo, cuando nos hablan en un idioma que desconocemos por completo y no entendemos nada de lo que nos dicen) no puede producirse ningún tipo de emoción.

Las emociones no son otra cosa que las interpretaciones que hacemos de la información que recibimos. Sin embargo, esos pensamientos, esas evaluaciones, se hacen de forma inconsciente así que es difícil manejar los pensamientos para que influyan de una u otra manera en las emociones. Lo que sí podemos intentar interpretar es la influencia en las emociones, para lo que deberíamos conocer una serie de aspectos que determinan esa evaluación inconsciente de cada información que llega a nuestro cerebro.

1- Identificar emociones y sensaciones

Lógicamente, si quieres saber cómo influyen tus pensamientos en las emociones empezaremos por detectar esas emociones que han sido influenciadas por los pensamientos y la sensación que nos han producido. No tienen por qué ser positivas o negativas, pueden ser de ambos tipos. Lo que deberías hacer es, poco a poco aprender a gestionar tus emociones. Por ejemplo, cuando te alteres por una reacción exterior, plantearte preguntas como qué sientes, qué síntomas físicos estás experimentado, qué los ha producido y por qué aparecen precisamente ahora y no en otro instante.

2- ¿En qué estás pensando?

Lo primero que debes tener claro es en qué estás pensando, si en lo que te han dicho o si lo haces sobre una sensación concreta que te causa cierto malestar. En teoría nadie nos va a hacer daño, no hay situaciones que nos provoquen malestar por sí mismas. Sin embargo, nosotros mismos nos podemos hacer daño según cómo pensemos -por ejemplo, si nos dejamos dominar por pensamientos negativos-; y ser conscientes de ello es el primer paso para poder interpretar los efectos de los pensamientos sobre las emociones.


3- La interpretación negativa interior

¿Te consideras una persona positiva o negativa? Seguramente la respuesta sea que eres alguien positivo, pero la verdad es que todos tenemos una interpretación negativa interior, por mucho que nos cueste admitirlo o sacarla a la luz. Y cuando algo nos afecta es por culpa de esa interpretación negativa interior, ya sea para bien o para mal. Si eres capaz de descubrir esa evaluación negativa y modificarla, no cabe duda que tu autoestima se encuentra en buen estado y que tus emociones también cambiarán.

4- Fíjate en la respuesta

Aunque la situación es importante, hay que fijarse también en la respuesta que hemos dado. La respuesta es la mejor prueba que tenemos para identificar esa influencia de los pensamientos en las emociones y nos ofrecerá muchas pistas sobre ella. Es más, puede que ante la misma situación hayas reaccionado de forma distinta en diferentes ocasiones debido a la repercusión de los pensamientos sobre nuestras emociones, que también cambian. Tus sentimientos también pueden ser distintos, porque no tienes porqué reaccionar de la misma manera ante dos estímulos o pensamientos similares, porque no tiene por qué haber relación entre ellos.

5- Los factores externos

También es importante ser consciente de los factores externos que pueden condicionar nuestros pensamientos, y en consecuencia nuestras emociones y nuestra conducta o respuesta ante el estímulo que ha desencadenado el proceso. La batalla de la tristeza provocada por ciertos recuerdos, el miedo, el estrés emocional, laboral o el provocado por los estudios, problemas de salud, la pérdida reciente de alguien... pero también las alegrías y la felicidad; todos ellos son factores que pueden ser clave a la hora de interpretar de una manera determinada un pensamiento y expresar una emoción. Estos factores externos también explican las diferentes emociones ante el mismo pensamiento.

Ahora que ya sabes cuál es el grado de repercusión que los pensamientos tienen sobre las emociones es hora de poner en práctica todos estos consejos y poco a poco comenzarás a controlarlos para que te afecten lo más mínimo posible.

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Pau Sisternas

Graduado en Periodismo y comunicación por la Universitat de València. Postgrado en formación del profesorado de Español como Lengua Extranjera. Periodista, blogger, community manager, apasionado del deporte y atleta en mi tiempo libre. De Valencia, intento vivir de lo que más me gusta escribiendo en blogs. Aficionado a cualquier deporte, adicto a las series, creo que las películas se disfrutan más con palomitas. Aunque suene a tópico, a mi también me gusta leer, viajar y la buena comida.

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