La aerofobia es, sin duda, una de las fobias más comunes de nuestro tiempo. La lógica habla por sí sola, y es cierto que el avión es uno de los medios de transporte más fiables en la actualidad. No obstante, un gran porcentaje de la población sufre ataques de pánico cada vez que tiene que coger un avión. ¿Te sientes identificado/a? ¡Entonces sigue leyendo!
Para entender qué es y cómo superar el miedo a volar, hay que tener claro que este miedo tiene muchos orígenes. Por un lado, la aerofobia podría desarrollarse al observar las dimensiones de los accidentes de avión. Son inusuales, sí, pero suelen ser catástrofes con numerosas víctimas mortales. Esto impacta y es lo que produciría el desarrollo de la fobia a pequeña escala.
Otro de los orígenes de la aerofobia podría estar en otra fobia, la conocida como claustrofobia. Las personas que la padecen, pueden entrar en estado de pánico al estar durante un tiempo (poco o mucho) en un espacio cerrado. La cabina de un avión lo es. Además, se añade la imposibilidad de salir de este espacio hasta que el avión tome tierra. Muchos especialistas aseguran que otro de los orígenes de la aerofobia es el despegue. No conocer como funciona un avión. Intentar controlar o entender en todo momento qué ruidos son normales o qué movimientos pueden estar fuera de esa normalidad.
Independientemente del origen, lo que está claro es que el avión es el método más seguro para viajar. Además, es un transporte muy útil si queremos movernos con rapidez por todo el mundo. Por tanto, superar el miedo a volar nos reportará bastantes beneficios.
Cómo superar la aerofobia o miedo a volar
Para empezar, y antes de desgranar algunos puntos o claves para eliminar la aerofobia de nuestra vida, hay que dejar claro que la fobia a volar o a subirse a un avión se supera volando. Siempre que tengas la opción de hacerlo, hazlo. Prepararse en tierra está bien. No obstante, en este tipo de fobias, cuanto más se va en contra de ese miedo irracional es más fácil combatirlo.
1. Visualiza un viaje tranquilo
Entrenar la mente puede ser muy útil en estos casos. Sí, parece complicado a priori, pero tan sólo tienes que intentar visualizarte cogiendo el avión tranquilo. Imagínate tranquilo y sin miedo. En una actitud calmada, facturando tus maletas y despegando. Imagina lo bonito que es viajar y lo que harás una vez bajes del avión.
2. Intenta llegar siempre con tiempo de sobra
Las prisas nunca son buenas. Si una persona que no tiene aerofobia ya se agobia cuando llega justa de tiempo, imagina cómo reaccionará alguien con miedo a volar. Tómate tu tiempo. No llegues con demasiadas horas de antelación, pero tampoco con los minutos contados. Tiempo suficiente para ir relajado y hacer las cosas sin prisa.
3. Cambiar pensamientos negativos por pensamientos positivos (realistas)
Las fobias son miedos infundados. En este caso, es necesario cambiar pensamientos negativos por pensamientos positivos y mucho más realistas. Intenta obtener conocimientos mínimos sobre aviación. No hace falta que te conviertas en un experto de la aeronáutica, pero si eliminas los pensamientos negativos y las rumiaciones conseguirás reducir esa fobia a volar. Sería bueno aprender cómo vuela un avión, cómo se maneja o de qué manera se hacen determinadas maniobras (cuando el avión gira suele ser un momento angustioso para muchos, por ejemplo).
4. No subas al avión bajo los efectos del alcohol
Muchos creen que el alcohol puede ayudar a reducir los ataques de pánico y la aerofobia. Nada más lejos de la realidad. El alcohol es una sustancia excitante, por lo que al tomarla sentirás más euforia y, posiblemente, tengas mucha más ansiedad. Si quieres superar tu fobia a volar y a los aviones, deja a un lado el alcohol antes y durante el vuelo.
5. Distraerse con otros focos de atención
Quizá sea complicado, pero debes intentarlo. Si no quieres estar continuamente pendiente de los ruidos del avión, del comportamiento de las azafatas o de las turbulencias, lo mejor es centrarte en otros focos de atención. Por eso, como consejo para superar la aerofobia, cuando estés en pleno vuelo, escucha música, lee o haz algo que te pueda relajar. Parece algo insignificante, pero lo cierto es que ayuda a mantener la mente ocupada, aunque sea durante un tiempo.