Sucede en la calle, en la escuela o en casa, y es que, a veces, nos sentimos inferiores. Nos vemos como seres indefensos que no saben hacer nada y nos comparamos con lo demás. Nos vemos a nosotros mismos como personas sin valía, todo el mundo es mejor que nosotros y eso, nos provoca una tremenda angustia. Así es el sentimiento de inferioridad que puede afectar a cualquier persona en cualquier momento de su vida. Por todo ello, es considerado como un sentimiento negativo, y es que el hecho de sentir que somos inferiores puede provocar otra serie de circunstancias que no son beneficiosas para el ser humano.
Al mismo tiempo, tampoco podemos hablar de este complejo de inferioridad sin hablar de una persona con autoestima baja. Tanto es así que, la angustia y la tristeza que sentimos al vernos así de pequeños, puede derivar en trastornos del estado de ánimo y dar lugar a crisis de ansiedad o depresión entre otros.
Por otra parte, nuestra vida a todos los niveles se puede verse afectada por este sentimiento de inferioridad. Al creernos menos que nadie, seguramente el miedo formará parte de nuestras decisiones, y triunfar en la vida, a cualquier nivel se nos hará harto complicado si no lo intentamos.
Nuestras relaciones afectivas también pueden sufrir los efectos de la inferioridad, y es que, valorarnos a nosotros mismos es importante para tener relaciones sanas en cualquier sentido. Por eso, saber qué nos hace sentirnos así, puede ser un primer paso para trabajar nuestro amor propio y comenzar a cambiar.
La autopercepción y el sentimiento de inferioridad
La forma en la que nos vemos a nosotros mismos, es decir, la autopercepción, influye notablemente en lo que nosotros proyectamos al exterior. No se trata solo de una visión subjetiva porque, si nos creemos menos, actuaremos como tal y así nos mostraremos. Si te sientes inferior, tendrás que repasar dos conceptos clave de ti mismo. En primer lugar, la sensación de capacidad, y por otro lado, el estado de tu autoestima. Y es que, si no tenemos autoestima, no creemos que nos merezcamos el cariño ni el aprecio de nadie.
Los pensamientos negativos afloran en la cabeza de aquel que se siente inferior a todo el mundo, se compara y fomenta cada vez más y más su baja autoestima, creando una red de angustia y malos pensamientos de la que le resulta muy difícil escapar. Todos nos sentimos inferiores en algunas ocasiones, pero si es una forma de vida y algo continúo, puede que nos lleve a una depresión. Trabajar en no sentirnos inferiores es vital para tener una vida plena y poder disfrutar y sentirnos bien.
Las causas del sentimiento de inferioridad
Por excelencia, una de las grandes causas del sentimiento de inferioridad la encontramos en aquellos momentos en los que nos comenzamos a compararnos con los demás, y eso es algo que no podemos permitir. La realidad es que esto es algo que nos afecta a todos y de ahí, a padecer el sentimiento de envidia sólo hay un paso.
Por otra parte, también es frecuente que aquellas personas que no practican la autocrítica o acostumbran a eximirse de sus responsabilidades también corran el riesgo de padecer el sentimiento de inseguridad sobre todo a largo plazo.
Consejos para no sentirnos inferiores
Lo más importante es que sepas que porque te sientas inferior no significa que lo seas. El resultado de una baja autoestima puede afectar en multitud de aspectos en tu vida, por eso, poner esfuerzo en sentirnos mejor nos ayudará a tener una visión más acorde de nosotros mismos y una vida más satisfactoria.
Así, si pensamos en las claves para superar el sentimiento de inseguridad, por razones más que necesitarias debemos hablar de cómo acabar con los pensamientos negativos para que no interfieran en nuestras emociones, porque si lo hacemos dejaremos de sentirnos así. Además, tener una actitud positiva ante la vida es esencial para que todo marche bien. Hemos de entender que los pensamientos negativos atraen negatividad. Por eso, si comienzas a pensar y ver solo el lado malo de las cosas, todo alrededor tuyo se volverá negativo.
Y para terminar, si algo se te da bien, trabaja en ello. Disfruta de tus habilidades y no las escondas por miedo o falsas consideraciones. Y es que, trabajar en lo que se te da bien y te gusta, puede ser realmente reconfortante para tu autoestima.