La mayoría de nosotros sabemos más o menos cuándo experimentamos emociones tristes o alegres. Somos capaces de sentir miedo, estar enfadados o abatidos, pero no siempre identificamos bien lo que nos pasa. Existen ciertos estados emocionales negativos que como es de esperar resultan confusos. Por todo ello, conocer más nuestras emociones, más sobre la ansiedad, la angustia y el miedo nos ayudará a superar las adversidades.
En este sentido es fundamental conocer las diferencias que existen entre la ansiedad, la angustia y el miedo porque ciertamente están relacionadas entre sí, pero cada una de ellas se vive y se trata de un modo diferente. Saber cómo somos y cómo reaccionamos nos ayudará a superar las situaciones difíciles. Y es que, controlar la ansiedad será mucho más fácil si sabemos qué es en concreto la ansiedad, la angustia y el miedo. Todo esto nos puede dar las bases para salir de cualquier bache.
El miedo, la emoción protectora
Todos los seres humanos sentimos miedo a menudo. El miedo es una emoción que nace en nuestro cerebro y se trata de una emoción que, a pesar de tener una experiencia negativa, se convierte en positiva al protegernos de diversos peligros. Así, sentimos miedo al caminar por un callejón oscuro de noche o al encontrarnos cerca de un león. Por eso el miedo es una emoción que nos permite evitar situaciones peligrosas y así, salvarnos la vida.
La ansiedad, de la utilidad a la enfermedad
Una emoción parecida al miedo es la ansiedad, y a menudo podemos diferenciarlas. Sin embargo, el miedo y la ansiedad no son lo mismo. En cuanto a la ansiedad, lo primero que debemos saber es que, como en el caso del miedo, es adaptativa, y nos cuida de situaciones difíciles.
La ansiedad se genera al pensar en un miedo futuro, lo que puede ayudarnos a prevenir y a no situarnos frente a él, o incluso, a prepararnos para hacerle frente. Lo malo de la ansiedad es que, en muchas ocasiones se hace crónica, y vivimos en un estado en el que el temor se apodera de nosotros en cada instante. Es entonces cuando se convierte en una enfermedad.
La angustia, una crisis puntual
En estados intensos de ansiedad puede aparecer la angustia. Se trata de una crisis que, lejos de ser solo emocional, también presenta síntomas físicos. Cuando nuestro cuerpo está siempre preparado para un peligro se cansa, y los síntomas físicos y emocionales aparecen en forma de crisis. Es entonces cuando hablamos de la angustia.
En qué se diferencian miedo, angustia y ansiedad
Ahora que ya conocemos algo más sobre estos tres estados anímicos, podemos realizar un análisis de las diferencias entre el miedo, la ansiedad y la angustia. Conocerlas nos ayudará a distinguir cuál es nuestro estado o el de otra persona y así, poder ayudarnos o ayudarla.
- El objeto: Mientras que para el miedo el objeto que lo provoca está claro, cuando sufrimos ansiedad o angustia, puede que no seamos capaces de ver qué es lo que nos provoca ese sufrimiento.
- La duración: Cuando hablamos de ansiedad podemos hablar de un estado continuado. Sin embargo, el miedo se tiene ante una situación y la angustia es una crisis puntual, lejos de convertirse en algo crónico, como es el caso de la ansiedad.
- Los síntomas: Otra de las grandes diferencias entre estas emociones las encontramos en la forma de manifestarse. En el miedo las sensaciones son más psicológicas, empezando los síntomas físicos en la ansiedad y acentúandose en el estado de angustia.
- La intensidad: Una de las diferencias más características y que más distinguen estos estados emocionales lo encontramos en la intensidad. De hecho, es la diferencia más notoria entre la ansiedad y la angustia, ya que esta última se vive de una forma más dolorosa.
Por todo ello, saber gestionar tus emociones empieza por saber más de ti mismo. Tener conocimiento sobre cómo podemos sentirnos ante determinadas emociones nos ayudará a detectar nuestros pensamientos, que nos llevan a sentir diferentes emociones.