Enfadarse es bueno para la salud

¿Sabías que enfadarse tiene su lado positivo?

Aunque cueste creerlo, el enfado es una energía muy positiva que, bien encauzada, puede tener un buen efecto en nuestro estado emocional. El enfado es una de las emociones básicas que posee el ser humano, y hace su aparición cuando vemos cerca una amenaza, cuando las cosas no nos salen bien, o cuando interpretamos que algo o que alguien nos está atacando. Decía Aristóteles:

"cualquiera puede enfadare, eso es muy fácil. Pero enfadarse con la persona adecuada en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y de la forma correcta, eso ciertamente, no resulta tan fácil".

Y es que, aunque es una emoción que nos resulta algo desagradable, el enfado tiene también un lado positivo que no nos debemos perder. Descubrimos qué cosas buenas nos aporta enfadarnos.

Enfadarse también es sano porque valida nuestras emociones

El enfado es una emoción más, es una sensación que podemos experimentar con menor frecuencia o por el contrario mediante un enfado recurrente, lo cual deberíamos gestionar. Sin embargo, tenemos cierta tendencia a catalogar las emociones como positivas y negativas cuando, pero la gran verdad es que todas las emociones producen en nosotros un aprendizaje y deben ser validadas.

Cómo practicar la validación emocional

Dasha Petrenko|| Shutterstock

A través de la validación emocional, las personas conseguimos aprender, comprender y expresar la aceptación de la experiencia emocional de los demás. Por ello, el enfado es una de las emociones que nos ayudan a llevar a cabo este proceso de validación emocional.

Enfadarte y sacar lo que llevas dentro elimina las rumiaciones

Las rumiaciones son todos aquellos pensamientos recurrentes, de preocupación o culpa, que nos generan una frustración que se vuelve un círculo vicioso, y nos aportan un desagradable malestar. El enfado puede expresarse empleando un buen lenguaje, siendo respetuosos, pero sacando siempre lo que llevamos en nuestro interior.

A través del enfado conseguimos sacar hacia fuera todos esos pensamientos y opiniones que, de forma recurrente, aparecen en nuestra mente, y nos hacen sentir mal. Es por ello que el enfado es una de las mejores armas de las que disponemos para eliminar las rumiaciones.

Consejos para evitar los enfados

Antonio Guillem || Shutterstock

Enfadarte te acerca a las energías positivas

Aquí está una de las claves fundamentales para entender por qué enfadarnos es un ejercicio que nos hace mucho bien. Y es que, aunque parezca increíble, cualquier enfado se puede transformar de repente en energía positiva. 

Los enfados siguen cada una de sus fases y en la medida que aceptamos la situación atraemos lo positivo. ¿Por qué? Cuando estamos enfadados actuamos de una forma irracional, nos dejamos llevar por la ira y la frustración del momento, que parece que nos ciega. Sin embargo, cuando vivimos esos momentos de enfado, nuestra imaginación está trabajando al máximo nivel.

Efectos secundarios que tiene reprimir las emociones

Desde la infancia, indirectamente nos sentimos empujados a reprimir nuestras emociones, de alguna forma es como que nos enseñan a reprimir nuestros enfados, puesto que se perciben como algo inadecuado e indeseable para los demás. Sin embargo, algo que no nos han contado, es que sin el enfado perdemos nuestra capacidad para ser asertivos, para manifestar nuestras necesidades y deseos, y también para tener la fuerza suficiente para lanzarnos a la acción, y atrevernos a defendernos.

Enfadarte te ayuda a romper bloqueos

A través del enfado y la rabia que sentimos cuando estamos enfadados, podemos detectar nuestras molestias. Por ello, otro de los aspectos positivos del enfado es que, a través de esta emoción, podemos satisfacer nuestras propias necesidades y deseos, ayudándonos a romper los posibles bloqueos que nos han llevado a estar enfadados.

Hay que reconocer que cuando estamos enfadados, sentimos una auténtica bomba de relojería en nuestro interior, pero lo cierto es que el enfado es una emoción más que no debemos intentar ocultar.

Por ello, para beneficiarnos de todos los aspectos positivos que nos aporta el enfado, lo que sí debemos aprender es a gestionarlo adecuadamente, intentando cambiar la agresividad por la asertividad para que, de esta forma, consigamos adaptarnos cuanto antes a esta emoción que nos causa tanto malestar, pero de la que, como hemos visto, podemos extraer muchas cosas positivas y ventajosas.

Fuentes consultadas

  • Palacios, D. (2007). ¡No te enfades más! Aprende a controlar tu ira y mejora tus relaciones. Editorial: Océano Ámbar.

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Carolina Ferreiro

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. Mi vocación es contar noticias y transmitir información útil y relevante para los demás. Escribo noticias relacionadas en medios de referencia relacionados con el empleo, cursos, orientación académica, y actualidad educativa. En el día a día disfruto con todos los temas que están relacionados con la maternidad (feliz mamá de dos hijos), la infancia y la familia. Asimismo, me interesan mucho todos los asuntos que atañen a la nuestra psicología, salud y nuestra alimentación.

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