El cuerpo, la mente y el alma forman un tándem perfecto y cuando una de las partes que conforma nuestro ser se siente mal, afecta a la otra. El cuerpo habla, avisa de que algo no va bien en nuestro interior. Entender sus señales es básico para nuestro equilibrio y también para tener una buena salud integral. En este contexto es cuando nuestro cuerpo nos indica la presencia de un problema emocional que debemos resolver.
No es nada nuevo y los médicos reconocen que son muchas las enfermedades y dolores inexplicables que tienen su origen en algún problema de tipo emocional. Tras los análisis y pruebas de todo tipo, a veces no se encuentra la causa que provoca el malestar en una persona, sencillamente porque la causa no está en el cuerpo, sino en el alma. Por este motivo, es importante aprender a gestionar las emociones para saber en qué punto debemos rectificar lo que estamos haciendo.
Una situación continuada de estrés, una depresión profunda, una autoestima baja o unos sentimientos de odio y rencor que invade todas las facetas de la vida… llega un momento en el que el organismo se resiente y manifiesta la presencia de esa emoción negativa y tóxica con síntomas evidentes.
Las señales físicas reflejan la presencia de un problema emocional
En muchas ocasiones, ni siquiera somos conscientes de que tal vez estamos sufriendo un problema emocional. Nos sentimos mal, sabemos que algo no va como debiera y, con los tratamientos médicos habituales, encontramos alivio, pero no la solución definitiva. También es importante saber que, las emociones negativas se pueden expresar y que sólo hay que buscar la mejor forma para hacerlo.
Como ejemplos, aquí tienes cinco momentos en los que tu cuerpo está avisando de que algo a nivel emocional no va bien y que, además de curar una posible enfermedad física, también es importante solucionar el problema emocional que la causa.
1. Trastornos alimenticios
La anorexia o la bulimia son casos claros que demuestra que la mente y el cuerpo están más unidos de lo que creemos. La auto negación del alimento, los vómitos provocados y los atracones de comida de manera incontrolada… son síntomas que deben ser atendidos de forma inmediata. No hay nada físico que provoque esos vómitos, pero la realidad es que el cuerpo rechaza la comida. Detrás de estas graves enfermedades hay un problema emocional evidente que necesita tratamiento especializado.
2. Migrañas y dolores de cabeza
La tensión, el sentirte desbordada ante situaciones difíciles que se suceden sin dar tregua, pueden acabar provocando intensos dolores de cabeza que, con analgésicos, solo se solucionan de forma temporal. Igual que descansa nuestro cuerpo, la mente también lo necesita. Tal vez, sin darte cuenta, estés siendo demasiado exigente contigo misma, quizás por una necesidad emocional de demostrar que eres la mejor y que puedes con todo. Llega un momento que tu propio cuerpo te está diciendo ¡basta!
3. Problemas relacionados con el sistema digestivo
La comida no te sienta bien, los ardores de estómago son frecuentes y hasta se baraja la posibilidad de padecer una úlcera… hay muchas causas físicas que pueden demostrar la presencia de un problema emocional, pero también el estrés, la angustia injustificada y los miedos internos no controlados, por ejemplo al futuro laboral incierto, a las dificultades económicas, a los problemas familiares o de pareja… Llevar una dieta saludable es una excelente opción, pero esto no garantiza en todos los casos la presencia de dichos síntomas.
4. Dolores de cuello y espalda
Son muchos los expertos que consideran que el sufrimiento que pueden llegar a causar nuestros propios conflictos emocionales se reflejan en forma de este tipo de dolores que parecen concentrarse de manera insistente en la nuca y en los hombros. Se cree que son los problemas relacionados con la excesiva carga de responsabilidad o con el hecho de ser incapaz de asumirla la causa última de estas de dolencias.
5. Cansancio extremo y debilidad
Una vez más se demuestra la conexión íntima e indisoluble entre cuerpo y mente. Son muchas las causas que pueden provocar el hecho de sentirnos débiles y sin ganas de nada. Siempre hay que buscar primero un origen físico, pero cualquier especialista sabe que muchas veces es una profunda depresión la causa de ese malestar general y de la ausencia de fuerzas mínimas para seguir adelante con nuestra vida. Conocer la existencia de este problema emocional, siempre hará que la recuperación resulte más sencilla.
Si crees que personalmente estás viviendo alguno de estos momentos, ya sabes qué debes hacer: comienza a solucionar tus problemas emocionales y te sentirás mejor.