La culpa es un sentimiento natural en el ser humano. Además, se trata de algo necesario, ya que cuando cometemos un error o dañamos a alguien sentimos cierta culpa, lo que evitará que lo volvamos a hacer. Sin embargo, hay personas que tienden a culparse por todo, tanto por lo que hacen como por lo que no hacen, y esto puede suponer un enorme problema.
Culparnos e intentar mejorar es algo bueno, pero culparse por absolutamente todo lo malo que sucede a tu alrededor es un síntoma de que algo no funciona bien. Seguramente necesitas trabajar tu autoestima o tu forma de ver las cosas, pues pensar de esta forma solo atraerá negatividad y malestar.
Consejos para dejar de sentirte culpable
Si te sientes culpable a menudo, es hora de comenzar a preguntarse por qué. Saber porqué nos sentimos así, nos ayudará a comprendernos y a mejorar nuestro estado de ánimo. Además, nos podremos conocer mejor a nosotros mismos y nos enseñará a manejar nuestros sentimientos. Toma nota de todo lo que puedes hacer paras dejar de sentirte culpable por algo que ya ha sucedido, o que tan solo se encuentra en tu mente.
¿De dónde viene la culpa?
Son muchas las ocasiones en las que, la culpabilidad llama a nuestra puerta y ni siquiera sabemos qué hemos hecho para sentirnos así. Si la culpa es productiva, por algo que has hecho mal, no pasa nada. Pero si sentirte culpable no te está sirviendo de nada, es hora de que empieces a pensar en hacer cosas que te beneficien. Es importante que analices bien aquello que te hace sentir culpable. Piensa si es en verdad tu responsabilidad, si te sientes culpable por cuidarte a ti mismo antes que a los demás. Reflexiona sobre ello y piensa si tienes motivos para sentirte realmente culpable.
Acepta la culpa
A veces nos empeñamos en no sentirnos culpables. Pero lo cierto es que, cuando hacemos algo mal, lo normal es que este sentimiento nos visite. Por eso, para evitar la culpabilidad puedes aceptar que se trata de un sentimiento, que utilizándolo bien nos puede ayudar, es dar un paso adelante para no alargar más el malestar. Y es que, cuando antes entendamos que somos humanos y que equivocarnos forma parte de nuestra vida, antes aceptaremos el sentimiento de culpa y también se podrá ir antes, del mismo modo en el que ha venido. Se trata de la única forma en la que la culpa puede ser productiva.
Aprende a decir no
En muchas ocasiones, el ponernos por detrás de todos nuestros seres queridos es algo habitual, y cuando miramos por nosotros mismos nos sentimos culpables y pensamos que somos unos egoístas. Lo cierto es que, cuidarnos es una responsabilidad nuestra, y si la descuidamos, podemos caer en la trampa de sentirnos culpable a menudo. De este modo para evitar la culpabilidad constancia saber cuándo decir no y pensar más en nosotros, puede ayudarnos. Por eso, aprender a decir no sin sentirnos culpables puede ser harto complicado si siempre has actuado de otra forma. De todas formas, reflexionar y pensar un poco en nosotros nos ayudará a eliminar la culpabilidad, y es que puede ser algo bueno, sobre todo para empezar a querernos más y a valorarnos. De esta forma, también los demás nos valorarán más y nuestro bienestar irá en aumento.
No te machaques
Saber qué hemos hecho mal es algo bueno. Incluso sentirse culpable está bien si eso nos ayudar a mejorar. Sin embargo, a veces la culpa se presenta como un martillo, que va poco a poco, estropeando nuestros días, sin tener más efecto que ese doloroso e incómodo martilleo. Aprender a diferenciar cuándo está bien sentirse culpable y cuándo es inútil te ayudará a terminar con esta emoción. Piensa si sentirte así te está ayudando o sirviendo de algo, si de verdad es útil ese castigo. Si no podemos controlar la situación, será mejor que sigamos adelante lo mejor posible, para evitar fallar de nuevo.