Seguramente habrás oído hablar de los atrapasueños. Son pendientes o adornos que podemos ver en una cantidad de lugares y como su propio nombre indica nos acompañan en nuestros sueños. Lo que casi nadie conoce es el origen de los atrapasueños y por qué tienen ese nombre. Y es que, la leyenda de los atrapasueños, no tiene desperdicio.
Los atrapasueños provienen de la cultura de los indígenas americanos, concretamente, los primeros en comerializarlos fueron los ojibwa. Se trata de nativos que son originarios de la zona de Ontario, Wisconsin y Minnesota. Los vendían a los turistas en sus reservas durante la década de los 60 y hablaban de que estos bonitos objetos era capaces de alejar a los malos espíritus y las energías de las personas que era más perniciosas. Las demás tribus criticaron esta comercialización de tan valioso elemento, ya que decían que así, se perdía todo el valor místico que el atrapasueños tenía. Para confeccionarlo se utilizan fibras anudadas a una argolla circular que tiene forma de lágrima, y a partir de ella elaboraban una red imitando a una tela de araña. En los años 60 los atrapasueños se vendieron de tal forma que no tardaron en popularizarse en todo el mundo.
La leyenda de los atrapasueños
A partir de lo comentado, es cuando nace el verdadero significado de la leyenda de los atrapañsueños, que explica las propiedades místicas que este objeto posee. Centra su historia en una mujer araña llamada Asibikaashi. Ella velaba por las criaturas de la tierra y cuidaba a los niños mientras estaban durmiendo. De este modo, Asibikaashi se inclinaba en la cama de los más pequeños tejiendo una red invisible que era capaz de atrapar las pesadillas y hacerlas desaparecer. El mal sueño quedaría atrapado en las redes hasta el amanecer, donde se desvanecería con los rayos de sol. Se trata de una forma de asegurar que lo bueno perdura y lo malo desaparece. Es una buena forma de librarse de los miedos que nos acechan para vivir en calma.
Warunya Ngamcharoen || Shutterstock
Según cuenta la leyenda, cuando el pueblo de Asibikaashi se dispersó por América del Norte, la mujer araña no podía cuidar de todos los niños, por lo que las madres comenzaron a tejer estas redes para proteger a sus hijos, creyendo al mismo tiempo que esto ayudaría a que los niños fueran felices para con el tiempo tejer su propia historia.
Sin embargo, existe otra versión acerca de la leyenda de los atrapasueños que resulta algo menos conocida pero que también es interesante, y proviene del pueblo de los lakota. Estos aseguran que son los buenos sueños los que quedan atrapados hasta que bajan hacia nosotros, y los malos se escabullen por la red. Sea cual sea la leyenda, en realidad habla no solo de un bello objeto que podemos tener en cualquier casa como adorno, sino que, además, la leyenda de los atrapasueños nos habla de la energía de la tierra y de bellas leyendas, que creamos o no en ellas, resultan de lo más emocionantes.
Las interpretaciones de los atrapasueños
Muchas de las personas que disponen de un atrapasueños no saben su significado, pero la gran mayoría sabe que son amuletos que nos provienen de una energía única. Hoy en día, en lugar de atrapar sueños se puede interpretar como una forma de atrapar los sueños y superar a los miedos a través de estos anhelos o deseos.
Aquello que deseamos es algo importante en la vida, y el camino para conseguirlo se hace menos pesado si disponemos de alguna motivación que nos acompañe. Y aunque en nuestro aprendizaje siempre hay cosas buenas y malas, disponer de un amuleto que nos ayude a atrapar lo bueno de todo esto, siempre es una ventaja.
Y esta es, principalmente la labor del atrapasueños. Entre sus fibras queda atrapado todo lo bueno que vivimos. Nuestras aspiraciones y lo bueno de cada experiencia sufrida queda en nosotros mismos, gracias a este amuleto. No podemos asegurar que esto sea cierto, pero disponer de uno de estos preciosos atrapasueños provenientes de la leyenda más mística de todas pueden ser una forma más de creer en nosotros mismos y recordarnos la necesidad de elegir el lado bueno de las cosas y de la vida en general.
