Es uno de los pilares fundamentales de las relaciones de pareja y, si falla, resulta complicado que la separación no acabe llegando. La comunicación en la pareja une, hace posible la comprensión, la confianza, la complicidad... Cuando impera el silencio, o hablar supone acabar inevitablemente discutiendo, la pareja peligra y hay que tomar las medidas necesarias para que la situación cambie.
No le entiendo, no me escucha, no tenemos nada en común… son expresiones duras que, cuando surgen, reflejan a la perfección la falta de comunicación en la pareja. Hablar lo justo y con pocas ganas tiene poco que ver con la verdadera comunicación. Dos personas que conviven y se quieren comparten sus inquietudes, sus problemas, sus alegrías y sus ilusiones. Por supuesto, también se enfadan y discuten pero siempre desde el respeto y con la idea de buscar soluciones y crecer como pareja.
Esto es pura teoría. En la práctica, la comunicación no siempre es sencilla. Hay algunos errores habituales en la comunicación de todas las parejas y si a ellos le sumamos el ajetreo de la vida diaria, el llegar cansados a casa después de una dura jornada laboral, las preocupaciones propias, los deseos y aspiraciones de cada uno la cosa se complica más. El hecho de hablar con confianza con tu pareja, sinceridad y expresando los propios sentimientos pasa a un segundo plano. Si esto ocurre, el riesgo de aislamiento premeditado acecha y la crisis en la pareja no tardará en aparecer. La comunicación hay que “trabajarla” para que cada día sea más fluida, íntima e intensa y se convierta en la mejor herramienta para crear vínculos difíciles de quebrar.
Las claves para fortalecer la comunicación en pareja
Todas las parejas son conscientes de la importancia de la comunicación en su relación pero no todas saben cómo mejorarla cuando detectan que algo no va bien. ¿Por qué acabamos siempre discutiendo o dejando la conversación para otra ocasión? Fíjate en seis cosas básicas que podéis hacer para mejorar vuestra comunicación.
1. Escuchar y dejar hablar
Parece fácil, pero hacerlo en medio de una discusión no lo es tanto. A veces, por querer expresar lo antes posible lo que queremos decir no dejamos que la otra persona intervenga o, peor aún, damos por supuesto lo que va a decir aniquilando cualquier opción de un diálogo que aporte algo nuevo. Escuchar (no simplemente oír) es básico para que funcione la comunicación en pareja.
2. Sinceridad
Hablar claro, evitando cualquier amago de dañar al otro, es otra de las claves para poder plantear cualquier tema. Si algo te preocupa, dilo y si algo te molesta, también. Todo depende del tono que emplees. No solo se trata de discutir. También hay que compartir, con franqueza, expectativas, sueños e ilusiones. Es una certeza: la sinceridad une, mientras que las medias verdades dan lugar a equívocos, situaciones incómodas y malos entendidos que entorpecen una comunicación fluida y gratificante.
3. Empatía
Significa ponerse en el lugar del otro y, si lo hiciéramos más a menudo en las relaciones de pareja, las discusiones sería algo impensable. Es un ejercicio sencillo. Si en una discusión habéis llegado a un punto en el que ninguno cede, prueba a ponerle en el lugar de tu pareja y proponle que haga lo mismo. Intenta entender los argumentos del otro que, seguramente, algo de razón también tiene. Es una manera de romper esas barreras invisibles que en ocasiones hacen tan complicada la comunicación.
4. La rutina, bajo control
El hecho de comunicaros debe surgir como algo natural pero la rutina y las obligaciones diarias pueden hacer que la pareja olvide lo importante que es mantener una comunicación fluida, que mantenga inalterable vuestra unión. Si notáis que cada día habláis menos... eso no debe continuar. Es importante no renunciar a diario a ese rato único para contaros todo aquello que os apetezca. Si lo piensas, siempre tendréis algo que deciros.
5. Comunicación no verbal
También importa, porque hay distintas maneras de expresar lo que sentimos. Una sonrisa, un beso, un abrazo de ánimos para empezar el día, una cena “sorpresa”… son formas de decir mucho sin emplear una sola palabra.
