Ser víctima de una infidelidad es una de las cuestiones más dolorosas que existe. Se trata de un momento donde ves cómo todo tu mundo se desmorona. La traición sea adueña de tu relación de pareja y el dolor y la falta de confianza van haciendo hueco en tu ser. Lo cierto es que la infidelidad puede darse de diferentes maneras, y aunque el sentimiento de traición es el mismo, la forma en la que nuestra pareja nos es infiel puede variar enormemente, y los sentimientos que nos genere, también.
Hablemos de infidelidad: tipos que existen y cómo son
Algunas de estas infidelidades se pueden superar, otras se quedarán en el camino, pero más que del tipo de infidelidad, es cuestión de la pareja y de su situación, poder sanar la herida que supone esta infidelidad. A continuación vamos a ver cuáles son los tipos de infidelidad que existen junto con sus principales características.
La aventura fuera de la relación
Este es el tipo de infidelidad más conocido y es el que se entiende normalmente cuando se habla de la misma. Consiste en que uno de los miembros de la pareja tiene relaciones con una tercera persona a escondidas. Puede darse en varios encuentros o haber sido solo una noche. El caso es que, suele tener consecuencias devastadoras. Algunos son planificados, otros se casuales e imprevistos. Sea como sea, el dolor que causa en la otra persona es enorme y la traición a su pareja no está libre de excusas. No es de extrañar, que se trate de una de las mayores causas de separación entre parejas. Los corazones rotos están a la orden del día y la víctima de esta infidelidad puede sufrir un impacto emocional muy grave.
La infidelidad emocional
Suele ser una infidelidad muy habitual, aunque muchas personas no lo consideran como tal. Se trata de una conexión que tiene que ver con las emociones y con los sentimientos con otra persona que no es tu pareja. En ocasiones se produce un enganche y se puede buscar en esa persona, cubrir las carencias que tu propia relación tiene. Suele ser habitual que la persona que engaña, por así decirlo, no se atreva a nada más.
En ocasiones porque aún sigue queriendo a su pareja, aunque tenga la necesidad de conectar con alguien más. Por otra parte, también puede pasar que se haya enamorado de esa tercera persona pero no se atreva a enfrentarse a ello. Sea como sea, la persona piensa erróneamente, que el no tener contacto físico, no supone infidelidad. Hemos de ser conscientes de que, buscar fuera de nuestra relación lo que no tenemos en ella no nos llevará más que a hacernos daño a nosotros mismos y a otras personas. Si tienes un problema con tu pareja, arréglalo desde dentro o déjalo marchar. Las consecuencias para la persona que ha sido la víctima de la infidelidad serán devastadoras porque tendrá problemas para sanar sus emociones y tendrá al mismo tiempo un fuerte impacto psicológico.
Cyber infidelidad
Y si hablamos de infidelidades habituales, no hay una que esté más a la orden del día que la que se realiza por medio de redes sociales. Se trata de encuentros online que surgen, sobre todo, a partir de apps de contactos. Una forma fácil de mantener miles de relaciones paralelas. Estas infidelidades suelen ser propias de las personas tóxicas y pueden aparecer con un tonteo descarado online, para pasar a intercambios de imágenes, conversaciones cargadas de erotismo e incluso encuentros online. Es un tipo de infidelidad sin contacto físico, pero supone igualmente una traición y por supuesto, una infidelidad.
Infidelidad basada en la confianza
Si bien en alguna ocasión hemos comentado lo importante que es la confianza en la relación aquí se le da una vuelta de hoja. La infidelidad puede darse cuando no hay más personas implicadas. Aunque suene extraño también supone una traición, y se basa en la falta de honestidad de uno de los dos miembros de la pareja. Este tipo de infidelidad puede aparecer de varias formas. Por un lado, podemos engañar a nuestra pareja con el vínculo, es decir, haciéndole creer que sentimos amor por ella, pero en realidad no es así. El miedo a estar solos o la familia construida, puede llevarnos a mentir en este aspecto.
También podemos mentir a nuestra pareja en otros aspectos. Si nuestro compañero nos miente acerca de lo que hace, cómo pasa el día o quién es en realidad, aunque no mantenga contacto físico con nadie más, nos estará siendo infiel.