Inconvenientes de sacrificarse por amor

Cuando la relación se vuelve tóxica: no te sacrifiques por amor

Una relación de pareja siempre debe hacer feliz a las dos personas que la forman porque si no es así, ésa es una relación de pareja tóxica que convendría finalizar. La idea que el amor implica sacrificio es errónea y acaba produciendo dolor e infelicidad. Si las cosas no van bien entre vosotros, la solución nunca está en que un miembro de la pareja se sacrifique renunciando a su propia felicidad. La solución en realidad es saber poner fin a una relación amorosa y tóxica, porque si no las cosas podrían acabar muy mal.

Compartir los buenos y los malos momentos, desde un plano de igualdad basándoos en la plena confianza y en una comunicación total es la clave de una relación de pareja saludable y satisfactoria. Por supuesto, vivir en pareja implica ceder en ocasiones, ser generoso/a y pensar en el bienestar del otro. Esto es algo normal que hacen dos personas que se quieren de manera natural, sin que implique sacrifico alguno. Pero en este caso hablamos de algo más peligroso, ese momento en el que una persona de la pareja se sacrifica por amor: sus metas, sus sueños, lo que le gusta hacer, su libertad, por el hecho de hacer feliz a la otra persona.

¿Es bueno sacrificarse por amor?

Una relación que causa daño y dolor a un miembro de la pareja es una relación tóxica y no podrás “salvarla” a base del propio sacrificio. No todo vale para mantener viva una relación. Intentar arreglar las cosas entre los dos, hablando, tal vez, de la crisis de pareja que atravesáis o de un problema concreto y viendo qué podéis hacer (los dos) por mejorar la situación es algo positivo. El problema es cuando un miembro de la pareja se descuida a sí mismo y carga más cosas de las que debe.

Ese sacrificio por amor tiene unas consecuencias realmente negativas porque implica renunciar a tu esencia como persona y supone anular, en gran medida, tus objetivos para alcanzar la felicidad y llevar la vida que desees.  El sacrificio por la pareja lleva a unas heridas emocionales que acaban pasando factura. Entre las consecuencias de sacrificarse por amor que aparecerán las más destacables son los sentimientos de frustración, de tristeza constante y profunda o incluso de odio inconsciente hacia el otro.

4 momentos en los que te sacrificas por amor a tu pareja y no deberías hacerlo


Hay que insistir en que querer hacer feliz a tu pareja es lo más normal del mundo. Si no fuese así, vuestra relación no tendría sentido alguno, pero una cosa es eso y otra estar haciendo algo que te cuesta e implica la renuncia a tu propia felicidad. Analiza estas cuatro situaciones en las que no deberías sacrificarte por amor y crees que en realidad estás haciendo lo correcto.

Trabajo

Es lo primero de todo a lo que no deberíamos renunciar por nuestra pareja. Renunciar a tus aspiraciones, a tus metas profesionales porque tu pareja (o tú) cree que “descuidas la relación” por tu trabajo es algo que jamás deberías hacer. Dejar pasar una oportunidad laboral, un ascenso, un nuevo proyecto que te apetece poner en marcha pero que supondrá pasar menos tiempo juntos… tu pareja debería apoyarte y no exigir que renuncies en pro de vuestra relación. Hacer sacrificios de este tipo te alejará tu relación del concepto de una relación de pareja sana, y la realidad es que deteriorarás más las cosas si cabe.

Familiares y amigos

No salir con tu grupo de amigas/os, dejar de ver a una persona o evitar reuniones familiares porque a él le cae mal alguien es algo que no puede convertirse en costumbre… renunciar a la vida social individual para que tu pareja no se enfade es un error, no tiene sentido alguno y supone un sacrificio que no deberías aceptar.

No expresar tu opinión

Si te callas “por no discutir”… algo no va bien. Si esto ocurre, vives una relación tóxica que no se basa en el respeto y la igualdad. ¿por qué tienes que sacrificar tus propias ideas, creencias y opiniones para que vuestra relación marche bien?

Pequeños detalles

Tu manera de vestir, tus aficiones, tus preferencias… a veces el sacrificio por amor es algo que no resulta evidente sino que se da en las pequeñas cosas. No me pongo este vestido porque a él no le gusta, hoy no voy al gimnasio porque él cree que es una tontería o no viajamos nunca, aunque me encanta, porque él cree que como en casa en ningún sitio… situaciones que implican mínimas renuncias que se van sumando y que no deberías aceptar por amor.

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Mariola Báez

Periodista, redactora especializada en temas de salud, psicología, nutrición, belleza y fitness, con más de 10 años de experiencia escribiendo sobre estos y otros temas.

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