Cada vez son más las personas que establecen un primer contacto a través de Internet, por medio de las redes sociales, los foros o accediendo a páginas específicas. La comunicación es un pilar básico en las relaciones de pareja y las nuevas tecnologías ofrecen otras formas de establecer esa imprescindible comunicación en pareja. Está claro que iniciar una relación virtual es sencillo, pero el futuro de esas incipientes relaciones depende de múltiples factores.
Es una opción. Pasar horas frente al ordenador, manteniendo un contacto virtual con alguien que no conoces, es algo frecuente. Muchas personas se sienten más cómodas, más libres, a la hora de entablar una posible amistad desde la seguridad que les proporciona su propio entorno. No hay nada de malo en esta situación, pero si nos referimos a una relación de pareja, que vaya más allá de la amistad, la relación virtual, para que prospere, tendrá que desembocar en un primer encuentro cara a cara.
¿En qué se basa una relación virtual satisfactoria?
Éste es un tema complejo con mil matices a tener en cuenta. Hay casos en los que las relaciones cibernéticas funciona perfectamente manteniéndose únicamente en el ciberespacio; otros, en cambio, no prospera acabando en fracaso y olvido. Por último, también hay situaciones en las que esa relación se prolonga y salta al mundo “real”.
Las principales claves para que se mantenga una relación virtual son:
Contacto frecuente
Establecer un horario determinado para conectarse es algo habitual entre dos personas que empiezan a establecer lazos emocionales a través de la Red. Es lógico. Si me comunico de vez en cuando, solo cuando me apetece, y la otra persona hace lo mismo, no se puede hablar de la existencia de una relación continuada. En realidad, determinar un momento en el que estar en contacto es casi como quedar para una cita y, sin duda, ese hecho potencia y consolida la relación.
Sinceridad y confianza
Es el gran problema de las relaciones virtuales. Hay personas que realmente se sienten cómodas con el anonimato que proporciona Internet y son capaces de hablar de cualquier tema: gustos, aficiones, miedos, pasado, proyectos… Si los dos implicados en la relación son capaces de adquirir una confianza mutua basada en la sinceridad y expresar los sentimientos, esas primeras comunicaciones pueden acabar en una relación realmente fructífera. En cambio, cuando idealizamos nuestras cualidades o nuestra situación real, escondemos defectos y, en definitiva, mentimos, la relación no tiene futuro.
Expectativas
Todas son válidas, pero deben ser comunes. Tras los primeros contactos, hay que dejar claro lo que espera cada uno de esa relación virtual. ¿Estarías dispuesta a conocer al otro personalmente? ¿Únicamente deseas una relación de amistad que no pase del ámbito virtual?... las dos opciones son perfectamente válidas pero para evitar desengaños, las dos personas deben definir qué esperan de ese contacto.
¿Son recomendables las relaciones virtuales?
Todo depende de la manera en la que cada persona afronte esa relación y de las circunstancias y estado emocional de cada uno. No hay que cerrarse a esta innovadora forma de comunicación que supone Internet, pero conviene recordar que una relación de pareja se basa en el contacto directo e íntimo, algo que, de momento, continúa siendo complicado vía e-mail.
Conectar con alguien a través de las redes sociales puede ser un excelente comienzo. Algunas personas especialmente tímidas o con dificultades para relacionarse pueden encontrar en Internet un excelente medio para abrirse al exterior, pero, algo que en principio es positivo, tiene también sus “contras”. Idealizar a esa persona con la que mantienes contacto frecuente ( y que en realidad no conoces), sentir temor ante la posibilidad de un encuentro real , dejar de lado el resto de tu vida por centrarte únicamente en esos contactos “digitales” son algunos de los peligros que pueden esconder las relaciones virtuales.