Un misántropo es una persona que tiene problemas para relacionarse con otras personas, ya que huye del trato con las mismas. No se trata de una predisposición natural, sino que, hablamos de personas en las que su tipo de personalidad ha ido desarrollando conductas y sentimientos que hacen que sientan aversión a la hora de relacionarse con otras. Además esta actitud de rechazo hacia otras personas se conjuga hasta con el odio. Así es el perfil de una persona misántropa, del que hoy hablaremos.
Descubre cuáles son los rasgos de la misantropía
Aunque seguramente nos parezcan inteligentes, un misántropo no acostumbra a ser carismático y por tanto no suele tener lo que conocemos como un don de gentes, todo lo contrario. No se trata de alguien que se queje, ni que critique al mundo ni a la sociedad. El misántropo muestra aversión ser humano, sin embargo, no odia la vida. Es por ello una persona que se va aislando poco a poco. A continuación veremos algunos rasgos que te ayudarán a identificar a un misántropo.
1. La ausencia de pena
La crueldad es una característica de aquel que odia al ser humano. Las desgracias ajenas pueden llegar a pasar desapercibidas para estas personas. Las personas asociadas con los rasgos misántropos no son empáticos y no desean serlo, de hecho, ser sádicos es algo que les caracteriza, y como no sienten pena, les resulta mucho más fácil.El punto en el que el perfil del misántropo no siente pena, lleva a límites críticos, donde la ausencia o la muerte de un ser cercano puede verse como un hecho muy complicado de tratar, donde, la misantropía les llevará a manipular y hacer sufrir a los demás en algunos casos.
2. El sentimiento de superioridad
El misántropo siente que está por encima del resto de personas. Este sentimiento de superioridad al final trae graves consecuencias porque a través de sus comportamientos el resto de personas ante la incomodidad de este tipo de relación suele evitar relacionarse con él/ella.
3. La desconfianza
Si para el misántropo el ser humano es despreciable, no es nada extraño que no confíe en él. Suelen ser personas que no tienen ninguna fe en nadie más que en sí mismos. Grandes reflexivos, se aíslan y entienden que las demás personas no son dignas de su compañía, del mismo modo que ellos no reciben lo que esperan de los demás. Por eso, la desconfianza es uno de los rasgos más acusados en la misantropía.
Si conoces a un misántropo no esperes que confíe en ti ni en hacerle cambiar de opinión, pues lo más posible es que lo único que consigas a cambio sea desprecio.
4. Su forma particular de expresar las emociones
A pesar de que no sientan pena por el resto de humanos, el misántropo sí experimenta emociones. Puede que no las veas, pues una persona con este perfil tenderá a sacar estas emociones cuando esté a solas, de modo que se encuentre cómodo y no dependa de otra persona ni se apoye en ella para sentir. Y es que, las emociones para ellos, son actos personales, que no tienen que implicar a nadie más.