En la vida nos encontramos con todo tipo de personas, se trata de diferentes rasgos y personalidades que hacen único a cada uno de nosotros. Sin embargo, hay algunas cualidades más atractivas que otras, y si hay una que a todos nos pone de mal humor es el egoísmo. Y es que, en la vida de todos hay personas egoístas, las podemos querer más o menos, pero muchas veces nos sacan de quicio. Todo el mundo sabe lo que es el egoísmo. Una persona egoísta es aquella que solo mira por su propio beneficio e intenta sacar provecho de cualquier situación. Ese amigo que no paga nunca la cuenta, que sólo te llama cuando te necesita, que solo pide favores pero hacerlos le viene muy grande o que no comparte sus cosas.
¿Qué es ser egoísta?
Ser egoísta es una actitud o comportamiento en el que se antepone el interés propio por encima de los demás. Una persona egoísta puede actuar sin considerar las necesidades o sentimientos de quienes la rodean y busca obtener beneficios solo para sí misma, sin importarle si esto afecta a otras personas.
¿Qué es ser emocionalmente egoísta?
Ser emocionalmente egoísta implica poner las propias necesidades emocionales por encima de las necesidades de los demás, sin tener en cuenta los sentimientos de los demás. Por ejemplo, una persona emocionalmente egoísta puede esperar que los demás siempre estén disponibles para apoyarla emocionalmente, pero no estar dispuesta a ofrecer el mismo apoyo en reciprocidad.
Ejemplos de ser una persona egoísta
Hay varios ejemplos de comportamientos egoístas. Algunos ejemplos comunes incluyen:
- No compartir: Una persona egoísta puede ser renuente a compartir sus pertenencias o recursos, incluso si los demás los necesitan.
- Priorizar solo los intereses propios: Una persona egoísta puede actuar sin tener en cuenta cómo sus acciones afectarán a otros. Por ejemplo, puede tomar una decisión importante sin consultar a las personas que se verán afectadas.
- Buscar atención constantemente: Una persona egoísta puede querer estar en el centro de atención todo el tiempo, incluso si esto significa interrumpir a otros o hablar sobre sí misma constantemente.
- Exigir constantemente la validación de los demás: Una persona egoísta puede necesitar constantemente la validación y elogios de los demás para sentirse bien consigo misma, y puede ignorar o minimizar las necesidades y logros de los demás.
Eso sí, la mayoría de nosotros somos egoístas en algunas ocasiones, pero cuando las situaciones se repiten empieza el problema. Lidiar con la personalidad egoísta no es algo fácil, por eso, hoy te ofrecemos algunos consejos para saber qué hacer ante estas personas y cómo reconocerlas.
Cómo identificar a una persona egoísta
Son muchas las características de las personas egoísticas que son compartidas por todos nosotros pero cuando hablamos de un paso más, reconocer e identificar a una persona egoísta puede ayudarnos a saber cómo actuar y saber qué hacer para no salir mal parados o descuidarnos a nosotros mismos.
No les gusta compartir
La principal característica de una persona orgullosa es que no le gusta compartir. Si tienes un amigo egoísta verás que rara vez te presta su coche o paga una cuenta de un bar. Si a alguien le falta dinero, no verás a un egoísta ofreciéndole a pagarle algo y tampoco disfrutan de sus pertenencias con los amigos, sino que prefieren quedárselo todo para ellos. Esto es lo que lleva a comparar a las personas egoístas con las personas egocéntricas, son comportamientos basados en el yo.
Apuran existencias
Una persona egóstica siempre tiene una excusa guardada. Por ejemplo, si le pides a una persona egoísta un poco de agua, seguramente te dará una excusa para no darte, pues igual se le está acabando, y aunque no tenga sed, el hecho de que sea su botella, es importante para ellos. Tampoco te darán su última patata o su último cigarro. No importa que ya no fumen, si es suyo, es suyo.
Son rencorosos
La soberbia es otro de los rasgos de las personas egoístas es más, si tratas con una persona egoísta y no ha tenido más remedio que prestarte algo, te lo recordará y se buscará la forma de que lo devuelvas lo antes posible. Además, lo hará con un tono fuera de lo normal, tanto que te hará sentir mal. Si por algún motivo tú no les haces un favor que te piden, puede que no te digan nada, pero lo tendrán grabado para la próxima. Así es cómo una persona egoísta se vuelve rencorosa en cualquier ámbito. A veces quitarse la espinita del rencor es complicado, por eso será mejor que no hagas las cosas con la intención de obtener algo a cambio, sino, ya sabes en qué puedes convertirte.
Aprende a tratar a un egoísta
Las relaciones son complicadas y cada una es única. En una gran mayoría de ocasiones estamos rodeados de personas tóxicas, con las que a menudo es imposible tratar. Por eso, aunque no hay una regla fija para tratar a una persona orgullosa y ponerla a raya, sí que es cierto que hay algunas cosas que podemos hacer para que no nos desajusten ni nos perjudiquen.
Para empezar, lo más importante para aprender a tratar con un egoísta es que no te dejes amedrentar. Lo más normal es que un egoísta intente abusar de ti, por eso, tienes que aprender a decir no, a no dejarte. No te preocupes por ellos, pues ten en cuenta que la persona egoísta solo piensa en sí misma.
La segunda clave para tratar con una persona egoísta es no tomarse sus actitudes como algo personal, ni algo que te hacen a ti. Su personalidad es problema suyo y tu responsabilidad es salir lo mejor parado de esa relación. Y es que, ser un poco egoísta de vez en cuando no viene mal, por eso, aplícalo con este tipo de personas.
Por último, si la relación te afecta mucho, intenta desengancharte o pasar el tiempo con otros amigos. Recuerda que lo más importante de pasar tiempo con alguien es que te sientas a gusto, y si no lo estás, la relación no valdrá la pena, ni para ti ni para la otra persona.