Cómo ser tolerante

Ser tolerante es algo que depende de nosotros y así podemos lograrlo

Olvidarse de los prejuicios, aceptar las opiniones de  los demás, ser más comprensivos y así un largo etcétera. En nuestro día a día podemos hacer muchas más cosas de las que imaginamos para practicar la tolerancia, porque la tolerancia es una cuestión de actitud. Es algo que podemos desarrollar, que podemos practicar a diario y se puede conseguir.

La tolerancia, un valor indispensable en nuestra vida

La Asamblea General de Naciones Unidas celebra cada 16 de noviembre el Día Internacional para la Tolerancia, un valor básico para promover la paz y la convivencia en el mundo. Pero ¿realmente es fácil convertirse en una persona tolerante? Esto nos decía Gandhi con respecto a la tolerancia:

"Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio".

El mundo sería un lugar mejor si todos los que habitamos en él consiguiéramos ser más tolerantes con aquellos que son diferentes a nosotros, con quiénes proceden de otra cultura o también, con los que tienen una opinión diferente a la nuestra. La tolerancia es un valor que implica respeto, empatía y también solidaridad. Por ello, ser tolerante supone convertirse en una persona flexible, en saber observar lo que hacen los demás, en aprender a escucharles, y en aceptar que todos y cada uno de nosotros somos diferentes, ni mejores ni peores que el resto, simplemente, diferentes.

Desarrollar la empatía

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4 claves para ser más tolerantes

Para trabajar la tolerancia necesitamos poner en práctica la comprensión y el respeto, pero, sobre todo, ser conscientes de que existe la diversidad y que todos formamos parte de ella.

1. No intervenir cuando no corresponde

En Las Circunstancias de la Tolerancia, Annette Smith aprovecha para recordar las palabras de Nicholson con respecto a la tolerancia. Habla precisamente sobre el concepto de tolerancia, entendiéndose éste como una situación o un acto en el que una persona omite una intervención (con independencia a la razón que sea) producto de una acción que ha sido llevada a cabo por otra persona.

Ya sabemos, para ser más tolerantes hay que gestionar esos momentos en los que caeríamos ante las riendas de la impulsividad y apostar por el silencio. De lo contrario, no hablamos de tolerancia. Por ello, en estas situaciones gestionar nuestras emociones y controlar los impulsos es vital. Además, esto también nos ayuda a ser más respetuosos con respecto a los pensamientos de los demás.

2. ¡Escucha!


Para empatizar con el entorno, es necesario escuchar. Escuchar a los demás es la clave de la tolerancia. En este sentido, es imposible que una persona sea tolerante si no muestra empatía hacia los demás y, empatizar con el entorno significa comprender, atender, entender y escuchar a los demás. Es decir, intentar comprender la realidad que vive la otra persona, para evitar los juicios de valor.

Las amistades verdaderas saben escuchar

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3. Abre tu mente al mundo: descubre otros pensamientos diferentes al tuyo

El mundo es un crisol de culturas por descubrir. Sin embargo, mucha gente piensa que lo suyo es lo mejor, y cierra su mente a conocer o a descubrir todas estas novedades que enriquecen el propio conocimiento. Así, la tolerancia nos permite abrir nuestra mente, descubrir otros puntos de vista, reflexionar sobre otras realidades que sean diferentes a las nuestra y todo esto en su conjunto lo que hace es enriquecernos.

4. Busca seguridad en ti mismo

La intolerancia es sinónimo de inseguridad, por ello, las personas intolerantes suelen tener ciertas dudas y limitaciones sobre sí mismas. Una clave esencial para ser más tolerante es buscar la seguridad en uno mismo, confiar en la validez de los propios pensamientos, y también en la de las opiniones de los demás.

Fuentes consultadas:

  • Albiol, L. M. (2014). La empatía: entenderla para entender a los demás. Plataforma.
  • Ellis, A. (2006). El Camino de la tolerancia: la filosofía de la terapia racional emotivo-conductual. Obelisco.
  • Schmitt, A. (1992). Las circunstancias de la tolerancia.

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Carolina Ferreiro

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. Mi vocación es contar noticias y transmitir información útil y relevante para los demás. Escribo noticias relacionadas en medios de referencia relacionados con el empleo, cursos, orientación académica, y actualidad educativa. En el día a día disfruto con todos los temas que están relacionados con la maternidad (feliz mamá de dos hijos), la infancia y la familia. Asimismo, me interesan mucho todos los asuntos que atañen a la nuestra psicología, salud y nuestra alimentación.

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