Aprender a controlar nuestros impulsos no es fácil, y no todos podemos conseguirlo al 100%. Sin embargo, entre todos los tipos de personalidad, las personas impulsivas son las que menos lo consiguen. Y es que, el aprendizaje no ha finalizado, y saber reflexionar acerca de sus acciones, no es su punto fuerte. Así, reconocemos a una persona impulsiva por su falta de auto control, mayormente. Se trata de una personalidad que, por algún motivo no han aprendido a contenerse y tienen serios problemas con la sociedad por este motivo. La impulsividad no se relaciona con la espontaneidad, y es que una cosa es ser natural y otra no poder controlarse.
¿Cómo son las personas impulsivas?
Existen algunos rasgos que pueden ayudarnos a entender mejor cómo es la personalidad impulsiva y cómo actúan estas personas. A continuación vamos a comprobarlos uno a uno. ¡Toma nota!
Son impacientes
Una persona impulsiva quiere algo y lo quiere ya, y el principal problema de esto es que no nos ayuda a vivir una vida plena, porque lo que suele pasar es que no disfrutan del presente porque siempre están impacientados por algo que esperan en el futuro. Además, la mayor parte de las veces solo piensan que lo quieren pero ni siquiera saben por qué, por lo que cuando lo tienen ya no lo quieren. Además, si queremos identificar a una persona impulsiva observaremos que no hace sacrificios en sus relaciones sociales, ya que la gratificación es su principal objetivo, y el tenerla ya, es un requisito que tienen.
Se enfadan a menudo
La ira es una emoción que sale a relucir en exceso cuando se trata de una persona impulsiva. Y es que, si quieres aprender a tratar a una persona impulsiva deberás tener en cuenta que normalmente no se paran a reflexionar y no saben como ver las cosas de un lado constructivo. Así, los enfados recurrentes y crónicos afectan a la vida de estas personas. Es más, aunque no tengan razón pueden crear un conflicto, ya que la personalidad impulsiva primero actúa y luego piensa y aquí entran en desventajas porque es la conducta menos apropiada.
Comportamientos compulsivos
Ya que no pueden esperarse las personas impulsivas buscan conductas compensatorias todo el tiempo. Un ejemplo son las visitas a la cocina, y es que, el acto de comer es propio de las personas impulsivas. Se trata de una reacción ante la frustración, por lo que no pueden evitarlo. Así es como se relaciona la personalidad impulsiva con las conductas agresivas, porque ellos lo que hacen es buscar una salida alternativa, sea como sea, a para poder escapar y salir de la ansiedad, eso sí, esto no quiere decir que sean personas violentas ni mucho menos, sino que son personas que se no se detienen a pensar. Como no tienen capacidad de reflexión, buscan todo el tiempo este tipo de compensaciones para poder librarse de la impulsividad y de ese malestar, de un modo inmediato porque no saben esperar. De este modo, comer dulces puede hacerles salir de ese estado de ansiedad a corto plazo.
No se planifican
Las personas impulsivas son menos planificadoras y también menos ordenadas, por lo que su vida se traduce en un mayor caos. La procastinación está a la orden del día, y dejarlo todo para más tarde suele ser la regla de oro entre la gente más impulsiva esto se debe a que al dejar las cosas que hay que hacer para el día siguiente, la persona suele caer en una sensación de pérdida de control que hace que caiga en un estado de ansiedad constante. De este modo, la impulsividad se convierte en un círculo vicioso, del que solo se sale con esfuerzo y dedicándose a aprender. Cuando una persona procastina en exceso suele pasar que no cumpla sus objetivos, que deje las tareas a medias y que su trabajo presente una baja calidad, precisamente por la falta de orden. Por eso, es tan importante planificarse en cualquier cosa y pensar antes que actuar.
Estas son las principales características de una persona compulsiva, y, en este sentido lo que debemos tener en cuenta es que estas personas no son así por deseo expreso, sino que pueden vivir circunstancias no deseables a las que deben poner fin. Por ello, en el momento en el que se observa una conducta impulsiva lo que se debe hacer es poner en marcha ciertas técnicas que permitan a la persona ser menos impulsiva.