No hay nada peor en este mundo que ser una persona envidiosa porque la envidia es el deseo de lo ajeno, un deseo que viene acompañado del sentimiento de que la otra persona no merece eso que tiene y que nosotros tanto ansiamos. Cuando un sentimiento como la envidia se convierte en un estímulo solemos hablar de envidia sana, que pese a la concepción positiva que aparentemente le da el adjetivo sana, tampoco es mucho mejor que la envidia convencional. Así que si eres una persona envidiosa deberías dejar atrás uno de los peores sentimientos que existen, para lo que te proponemos seguir estas tres acciones.
Mejora tu autoconfianza
Una de las causas de ser una persona envidiosa puede ser la pérdida de confianza así que lo primero que deberíamos hacer es tratar de mejorar nuestra autoestima, la percepción y valor que tenemos sobre nosotros mismos. Las personas que tienen una baja autoestima tienden a creerse menos que los demás, consideran sus cosas -y a sí mismos- como poco valiosas, y no tarda en surgir la envidia hacia lo ajeno y hacia otras personas. Si nos reconocemos como alguien valioso y que tiene sus propios bienes, sus puntos fuertes y sus bondades, mejorará la imagen que tenemos de nosotros mismos y la envidia desaparecerá.
En este sentido, podemos apostar por nuestra originalidad y nuestros puntos fuertes. A veces es bueno resetear, descubrirnos a nosotros mismos y potenciar nuestras bondades. Todos tenemos en nuestro interior esa fuerza y esa capacidad de crecer como persona, esa superación personal anhelada, pero no siempre la exteriorizamos ni sacamos el provecho que deberíamos. La decisión de dejar atrás la envidia puede ser el punto de inflexión que necesitamos para redescubrirnos y dar rienda suelta a nuestra potencial, algo que sin duda nos ayudará a ganar confianza en nosotros mismos.
No te compares con otras personas
Lo de que las comparaciones son odiosas es mucho más que un tópico. Muchas veces comenzamos a sentir emociones que se apoderan de nosotros. En ese mismo momento podemos comenzar a actuar de forma incorrecta y aparecerán otros sentimientos como la culpa que minarán al final nuestro estado anímico. Y es que la envidia viene de las comparaciones que hacemos con otras personas, cuando lo más probable es que la otra persona no viva en las mismas condiciones que nosotros. La educación, la formación, el ambiente, las amistades, la capacidad de cada uno... todo influye a la hora de que unos logren unas cosas y otros otras cosas diferentes, que no tienen por qué ser inferiores como interpretaremos de forma errónea en nuestras comparaciones.
Por mucho que te compares, siempre encontrarás algún aspecto en el que sales perdiendo. Y de ahí pasamos a los sentimientos que nos causa la envidia: frustración, la distima o la tristeza, porque creemos que no tenemos lo que nos merecemos o lo que deberíamos y otras personas que no lo merecen sí, el desprecio hacia esa persona... Todos ellos sentimientos negativos, que no hacen otra cosa que minar nuestra autoestima y aumentar los niveles de envidia.
Aléjate de las personas tóxicas
Nuestro entorno encontraremos personas tóxicas, movidas por la envidia. Te puedes rodear de personas que no valoran las mejores cosas, y te lo harán pasar mal. La sociedad ultracompetitiva en la que vivimos, culpable entre otras cosas de la envidia sana, hace que envidiemos a las personas de nuestro entorno que presumen de tener el mejor coche, el sueldo más alta, el último iPhone o de haberse ido de vacaciones al lugar más exótico del mundo. Quizá los envidies o envidies su estilo de vida, pero ¿realmente necesitas todo eso para ser feliz?
Aunque pueda sonar algo egocéntrico, también deberías centrarte en ti mismo. El egocentrismo es otra de las causas de la envidia, pero si quieres lograr tus sueños y dejar atrás la envidia deberías prestar más atención a tu vida y dejar de preocuparte tanto por la de los demás. Centra tus esfuerzos en conseguir esos objetivos, y tarde o temprano no solo dejarás atrás la envidia sino que te darás cuenta de que esos sentimientos te han lastrado impidiéndote avanzar.