La vida nos presenta situaciones complicadas y muchas veces sentimos que somos unas víctima. Puede que alguien nos juegue una mala pasada, que la suerte nos abandone o que, simplemente, hoy no sea nuestro día. Todos nos quejamos en ocasiones, y estando justificado o no, se trata de algo natural, que forma parte de la esencia del ser humano. Ahora bien, si nuestra forma de vida es una queja constante, entonces tenemos que pensar si nos estamos pasando en algo. El victimismo y el pesimismo son aspectos que suelen ir juntos cuando salen en una persona. Por eso, cuando nos acostumbramos a usarlos a menudo, nos sentimos desprotegidos sin ellos. Puede parecer absurdo, pero lo cierto es que, si nos acostumbramos a actuar de cierta manera, aunque nos perjudique, nos será más fácil seguir haciendo lo mismo. Es entonces cuando corremos el peligro de tergiversar la realidad en nuestra contra y no debemos permitirlo.
Resulta importante que aprendamos que, por mucho que nos empeñemos en que todo vaya a en nuestra contra, por mucho que las cosas nos puedan salir mal, no estamos ganando nada con esta actitud. Es cierto que todos tenemos derecho al desahogo y quejarnos puede ser algo natural, pero tergiversar la realidad en nuestra contra tiene fuertes consecuencias porque si lo convertimos en un habitual, estamos jugando con nuestros sentimientos sin quererlo, actuaremos en contra de nosotros mismos.
Pautas para dejar de victimizarse
Pues sí, tergiversar la realidad en tu contra puede ser algo que haces sin darte cuenta. Estás acostumbrado a ver las cosas desde un punto de vista negativo. Quizás hayas tenido una mala racha y te has cansado de luchar. Sea cual sea la razón, pensar que todo está en tu contra no es una opción. Por eso, hoy te damos algunas pautas para que dejes atrás el pesimismo y encauces una nueva vida con más alegría. Verás como la suerte se cambia a tu bando rápidamente.
Reduce tus quejas
Parece sencillo, pero la verdad es que dejar de quejarse es lo que mejor podemos hacer para no tergiversar las cosas y es una de las cosas más complicadas que existen. ¿Has probado a contar las veces que te quejas a lo largo del día? Pues si lo haces, seguro que te resulta alarmante. Y es que, los seres humanos nos quejamos absolutamente por todo. Especialmente nos quejamos por cosas que no tienen solución, lo que resulta aún más absurdo. Como puede ser muy complicado dejar de quejarse por completo, te recomendamos que reduzcas tus quejas lo que te sea posible durante un mes y esperes a ver los beneficios que tiene, verás como esta sencilla técnica, te devuelve algo de vida a tus días grises.
Toma el control de tu vida
Lo cierto es que es muy fácil pensar que las cosas nos salen mal por tener mala suerte. También podemos simplicarlo a que nosotros somos así. Nuestros sentimientos son negativos y nos nos hacen creer que somos perdedores o mediocres y nos conformamos con ello. Lo cierto es que se trata de modos de actuar que más que mediocridad expresan vaguería. Es muy fácil pensar que no somos capaces, pero intentarlo, es lo que realmente nos hará dignos de tal éxito.
Si quieres que la suerte vuelva a ocupar un asiento a tu lado, te recomendamos que dejes de atribuir tu suerte a causas externas y asumas el control de tu propia vida. Puede que haya cosas que se nos escapen, pero debemos tomar decisiones e intentar todo aquello que esté en nuestra mano. Que por nuestra parte no quede el esfuerzo.
Cuida tus relaciones
A menudo nos rodeamos de personas que alientan nuestra mala suerte. Puede que sea porque ellos mismos son negativos y nos trasmiten esa negatividad y comenzamos a tergiversar las cosas, porque nos retroalimentan y nos hace que cada vez, tengamos más facilidades para tergiversar la realidad. ¿Y si apostamos por cuidar nuestras relaciones y apostar solo por lo que suma? Recuerda que convertirse en víctima es sencillo, lo complicado va a ser luchar por lo que quieres y estar orgulloso de ti mismo. ¿Cuál de esas dos personas quieres ser? Apuesta por estos consejos para dejar de victimizarte y conseguirás finalmente dejar de tergiversar.