Motivos para no conformarse

3 motivos por los que a veces es mejor no conformarse

En la vida nos conformamos enseguida. Algunos nos conformamos con poco y otros se conforman con más. Hay quien se conforma en el amor y hay quien se conforma en el terreno profesional. El caso es que, conformarse puede ser muy perjudicial, ya que conformarnos nos hace rendirnos, pensar que no podemos optar a nada mejor o que no somos capaces de más. Es entonces cuando, conformarse detiene nuestro desarrollo personal y nos podemos venir abajo. Sin embargo, hay motivos por los que no debemos conformarnos y de ello vamos a hablar en las siguientes líneas, ¡toma nota!

La diferencia entre aceptarse y conformarse

A menudo suelen enredarse los conceptos de aceptarse y conformarse, cuando la verdad es que son de lo más dispares. Para empezar, el hecho de aceptarse es algo necesario, algo que nos estabiliza, nos enseña a conocernos, tratarnos y respetarnos. Por otra parte, al conformarnos, estamos frenando nuestras capacidades, nuestro desarrollo y nuestra capacidad de abrir nuestra mente, estamos en realidad poniéndonos barreras inncesarias.

Un ejemplo sería el de aquella persona que acepta que es imperfecta, que se puede equivocar y que en ocasiones la vida le llevará a situaciones tristes. Una persona que acepta que no todo será bueno, podrá aprender de la vida y crecer. En cambio, conformarse es diferente. Aunque los sentimientos experimentados no tienen porqué ser diferentes.

Hay quien se conforma con un trabajo mediocre por el miedo a no poder superarse. También existen personas que apuestas por una relación que no les satisface solo por miedo a no encontrar nada mejor. Conformarse es creerse que no podremos, conformarse es no intentarlo, es quedarse parados.

Por qué no hay que conformarse

Existen varias razones por las que conformarse, en muchos casos, no debería ser una opción. A veces, tenemos que saber cuándo frenar, pero vivir frenados es algo que nos perjudica enormemente. Es algo que suele pasar, ya que el ser humano es capaz de acostumbrarse a todo. Sin embargo, debemos luchar por no hacerlo, y si no sabes por qué, te lo explicamos.

Te atrapa en tu zona de confort

Mucho se ha hablado últimamente sobre la zona de confort. Se trata ese espacio nuestro del que nos resistimos a salir por mucho que nos incomode. El tráfico que aguanto por las mañanas, los gritos de mi jefe o incluso el maltrato de mi pareja. Se trata de una ilógica forma de martirizarnos, y todo, por miedo a cambiar. Acostumbrarse a situaciones que no tenemos por qué aguantar nos impiden salir de esta zona de confort. Nos resulta más fácil quedarnos dentro que salir a probar. El miedo nos paraliza y eso es lo que hace que nos conformemos, el miedo a lo desconocido, el miedo a no encontrar lo que buscamos, pero ¿y si lo encontramos?

Nos aleja de nosotros mismos

La segunda razón por la que no deberíamos conformarnos es porque cuando lo hacemos, nos descuidamos y ya no sabemos ni quiénes somos. La realidad es que conocernos a nosotros mismos y saber lo que queremos forma parte de nuestro desarrollo personal. Hoy en día, vivimos con el piloto automático puesto. Trabajamos, nos casamos, conseguimos una casa, tenemos hijos... y ni siquiera pensamos qué es lo que queremos de verdad. Parece que nuestros deseos nos los imponga una sociedad y nosotros, simplemente, nos acostumbremos. Con esto, no queremos decir que casarse o tener hijos sea un mal deseo, al contrario. Cada persona debe encontrar aquello que le hace feliz, pero tiene que hacerlo por ella misma. Al acostumbrarnos estamos cediendo a no conocernos.

Frena nuestro desarrollo

Si nunca hablas con esa chica que te gusta por el miedo al rechazo, nunca podrás tener una relación con ella. Del mismo modo, si nunca estudias esa carrera que tanto te apetece por miedo a no ser capaz de sacarla, nunca obtendrás el trabajo de tus sueños. Tenemos miedo a no conseguir las cosas, tanto miedo que ni lo intentamos. Es importante aprender que la vida es un camino. Que lo importante, y lo que cuenta es intentarlo y crecer durante el proceso. Porque aunque fallemos, algo estaremos aprendiendo. Y es que, unas veces se gana y otras veces se aprende. Sea como sea, si dejamos de conformarnos con lo que tenemos nada nos frenará y conseguiremos todo aquello que nos propongamos. ¿Por qué no intentarlo?

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Mamen Palanca

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad CEU Cardenal Herrera. Amplia experiencia en el campo de la redacción de artículos y reportajes de diferentes temáticas, destacando la psicología. Por este motivo, actualmente continúa su formación académica cursando los estudios de Grado en Psicología por la UNED, motivo por el cuál es una apasionada del campo de desarrollo personal y la gestión emocional.

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