Todo lo que se esconde tras el significado de Namasté

El término Namasté es una palabra utilizada como saludo o despedida en países como India o Nepal, pero su significado es mucho más profundo que un simple “hola”. Procede del sanscrito, el antiguo idioma sagrado, y merece la pena descubrir todo lo que pueden transmitir estas pocas sílabas que encierran toda una filosofía en lo relacionado a la meditación, al pensamiento y a la vida.

¿Qué significa Namasté?

Seguro que la habrás escuchado al iniciar o finalizar una sesión de yoga porque Namasté es, en principio, un saludo que podría traducirse como “me inclino ante ti”, “te reverencio”. Normalmente la palabra va acompañada de un gesto (mudra), también cargado de significado, porque Namasté consiste en unir las palmas de las manos sobre el pecho, delante del corazón, mientras se realiza una ligera inclinación.

Kitja Kitja || Shutterstock

Es evidente que se trata de una muestra de respeto, de reconocimiento, que según las distintas culturas y religiones tiene matices propios. El gesto y la palabra encierran una profunda espiritualidad. Al pronunciarla, con las palmas de las manos unidas, es nuestro propio yo interior (no solo nuestro cuerpo) quien saluda, con humildad, al yo interior de la otra persona. La traducción real podría ser algo así como “mi corazón, mi alma, te reconocen y te saludan con respeto porque tú también formas parte del Universo que compartimos”.

Razones para poner en práctica el Namasté

Si el objetivo principal de yoga es alcanzar el equilibrio entre el cuerpo y el espíritu para así lograr la armonía con el entorno, decir el significado de Namasté implica que estoy en ese “trabajo” y que lo comparto contigo.

Para algunos, el gesto de unir las palmas de las manos significaría la entrega de la persona en su conjunto. La palma derecha simbolizaría el yo espiritual y la izquierda el ego mundano. Unidas forman a la persona en todos sus aspectos. Esas manos unidas se colocan a la altura del pecho porque ahí está uno de los principales centros de energía del ser y en especial de su interior. Las situamos en el chakra del corazón para atraer la energía positiva y hacer que fluya hacia el exterior. Inclinamos la cabeza, no solo como señal de respeto y humildad, sino también para favorecer que la mente participe en ese proceso de transmisión de la energía.

Rock and Wasp || Shutterstock

Pronunciar Namasté implica intentar crear un vínculo único con la otra persona, uniendo energías positivas y reconociendo que somos iguales porque compartimos la misma energía que rige los movimientos del Universo.

El sentido de “divinidad” también está recogido en esta trascendental palabra. Diciendo Namasté reconocemos en el otro su esencia divina, su lado espiritual. El saludo implica la unión de dos energías, de manera atemporal y dejando atrás cualquier tipo de atadura ligada a nuestro lado material. Dejar salir la propia energía y reconocer la del otro es lo que hace crecer el amor hacia los demás y conseguir el bienestar personal y el equilibrio con lo que nos rodea.

Como ves, es mucho lo que esconde este término. Esa es la razón por el que se utiliza como introducción en una sesión de yoga, incluso a modo de mantra. Como saludo o despedida siempre expresa buenos deseos pero, después de analizar su significado, habrás podido comprobar que Namasté quiere decir mucho más de lo que a simple vista pudiera parecer. Ya sabes, cuando la pronuncies, piensa en todo lo que estás diciendo. Es una buena manera de iniciar tu meditación.

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Mariola Báez

Periodista, redactora especializada en temas de salud, psicología, nutrición, belleza y fitness, con más de 10 años de experiencia escribiendo sobre estos y otros temas.

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