Nuestro mundo es muy diferente que el de hace algunos años. Si bien es cierto que nos vamos adaptando a todos los cambios casi sin darnos cuenta, seguro que si te paras a pensar, hay cosas que han cambiado mucho. La sociedad avanza, la tecnología no para de crecer y cada vez estamos más expuestos a todo tipo de estímulos que crean más estrés en nuestras vidas y esta es nuestra realidad. Vamos muy deprisa y apenas tenemos tiempo de pararnos a pensar, por eso, muchos de nosotros en algún momento, nos damos cuenta de que estamos saturamos, que no podemos más y decimos hasta aquí. Es entonces cuando necesitamos desconectar por un tiempo porque ese estrés se ha vuelto en nuestro peor enemigo.
Por eso, pararnos de vez en cuando es bueno para desconectar y ser nosotros mismos otra vez. Puede que pienses que no tienes tiempo de parar, que las exigencias te abruman y que no llegas a ningún sitio, pero a veces, tomarse un descanso te hace reponer fuerzas y ganar tiempo. Te ayuda a estar mejor en lo relacionado a tu bienestar psicológico y emocional y también físico.
Cómo desconectar de todo por un tiempo
Si te encuentras saturado, te bloqueas y sientes que no sabes por donde tirar, te recomendamos una serie de actividades que te permitirán desconectar y reconectar contigo mismo, son unos ejercicios relacionados con la meditación y que conseguirán que te sientas mejor y que recuperes las fuerzas que habías perdido con tanto estrés.
Practica la meditación
Se trata de una actividad que te tomará unos minutos al día pero con la que ganarás horas a lo largo de la semana. Y es que con la la meditación aprendemos a desconectar de todo y a centrarnos solo en lo que somos. Una técnica muy eficaz es concentrarse en la propia respiración, seguirla y darnos cuenta de cómo cogemos y soltamos el aire. Cuando un problema o preocupación se te venga a la mente, déjalo que se vaya.
Poco a poco, con la práctica de la meditación, iremos sacando nuestros problemas y podremos estar más presentes en lo que hacemos, obteniendo mejores resultados y dejando atrás los pensamientos negativos y las preocupaciones que nos bloquean. Se trata de una táctica efectiva que está probada científicamente.
Pon un horario para preocuparte
Puede que sea una cuestión económica, de salud o quizás te hayan roto el corazón. No importa, preocuparse es normal y estar triste forma parte de nuestra existencia. Por eso, no te agobies si no pasas por tu mejor momento, pero tampoco te dejes arrastrar por él. Si hay algo que te atormenta y tienes sentimientos negativos en torno a ello, no los bloquees, pues aparecerán de otro modo. Así que para evitarlo, deja un momento del día reservado para ello, pero que no consuma más energía de la necesaria, porque entonces no podrás avanzar.
Intenta dedicar media hora al día a pensar en aquello que más te molesta y que invade tu mente tan a menudo. Te recomendamos que sea un rato en el que luego vayas a hacer algo que te guste o vayas a estar rodeado de personas que te hagan feliz y te distraigan. Si esta preocupación aparece fuera de horario, mándala a casa hasta su hora.
Explota tu lado más artístico
Todos tenemos algún lado creativo, una actividad que nos gusta hacer. Puede ser dibujar, escribir, leer o incluso cocinar. Se trata de poner en práctica aquello que te mantiene totalmente distraído para desconectar, porque eso es lo que te aporta cierta satisfacción. Además, el arte son modos de expresión, por lo que, podrás encontrar sentido a muchos sentimientos que ni sabía que tenías.
No hace falta que seas Picasso ni Cervantes, el caso es ponerte a hacer algo que te aporte satisfacción a ti, que te haga desconectar de todo lo demás y que te permita sacar tu lado emocional más oculto. De esta forma, te encontrarás a ti mismo y alejarás ese estrés que tan poco favor nos hace.