Hoy en día convivimos con emociones tan molestas como son la ansiedad y el estrés. Aunque en ciertos momentos un chute de estrés puede sernos útil para superar depende de qué situación, si lo llevamos a nuestra vida diaria y no nos damos un respiro, puede acarrearnos graves consecuencias, desde físicas hasta emocionales. Por eso, conseguir técnicas para aprender a controlar la respiración nos ayudará a aliviar dicho estrés y a deshacernos de él.
Además, saber controlar la respiración es muy eficaz para calmar nuestra mente y también nuestro cuerpo. El problema que hay con la respiración es que, como lo hacemos de forma involuntaria, nos hemos acostumbrado a no reparar en ella, y por eso, nos perdemos los grandes beneficios que tiene controlar la respiración correctamente.
3 ejercicios para controlar la respiración y relajarte
Algunas prácticas como el yoga o la meditación, tan eficaces para liberar tensiones y huir del estrés, centran su técnica en el poder de la respiración. Gracias a ellas, podemos obtener pistas de cómo fijarnos y en ella y aprender a controlarla, de modo que añadamos un beneficio a nuestra existencia. A continuación vamos a comprobar algunos ejercicios que nos ayudan a controlar la respiración y que son muy sencillos.
La respiración diafragmática
El primer ejercicio para controlar la respiración está relacionado con la respiració diafragmática: si te fijas, cuando tenemos miedo o estamos angustiados respiramos más deprisa. Se trata de una forma de ahorrar energía, debido a las preocupaciones o al estrés, estamos más preocupados por otras cosas y ocupamos menos esfuerzo para respirar. De hecho, aplicamos la ley del mínimo esfuerzo, y dejamos nuestra respiración, tan necesaria, en último lugar. Esto sucede porque se trata de un acto automático y nadie va a morirse porque se le ha olvidado respirar. Pero sí que mejoraríamos nuestra vida, si nos fijáramos un poco más en ella.
Todas estas prisas y preocupaciones, hacen que no utilicemos en diafragma para respirar, sino que llenamos el pecho lo primero. Acostumbrarse a respirar con el diafragma tiene muchas ventajas, ya que nos relaja y nos hace estar más concentrados. Además, atrae la energía positiva a nuestra vida y estabiliza nuestro estado de ánimo. Esto no quiere decir que tengas que estar pendiente siempre de tu respiración, si te acostumbras a respirar con el diafragma, al final tu cuerpo lo hará de forma automática.
Respirar por la nariz
Otro de los errores que solemos cometer es que respiramos por la boca en lugar de comenzar a hacerlo por la nariz. Tenemos que entender que la nariz será la que filtre el aire, ella tiene la función de recibirlo y mantenerlo en buenas condiciones, por lo que si abrimos la boca para respirar, estamos eliminando todo este proceso de purificación. Por eso, un buen ejercicio para controlar la respiración es el de respirar por la nariz, del mismo modo que hacíamos con el diafragma, es ocupar un tiempo al día a hacerlo de manera consiente. Poco a poco nuestro cuerpo se irá acostumbrando y podrá hacerlo de forma automática, sin que reparemos en ello pero con todos los beneficios de respirar correctamente.
Apóyate en la meditación
Una de las armas más eficaces para respirar correctamente y relajarnos es la meditación. La meditación tiene grandes beneficios porque puede servirnos para vivir más felices, más sanos y con más éxito, y no se trata de ninguna invención, sino que es un hecho científicamente probado. Por eso, meditar unos minutos al día, puede darnos enormes ventajas.
La meditación tiene en la respiración su principal arma. De hecho, muchos ejercicios se basan en estar pendientes de nuestra respiración. Practicar la meditación puede hacernos conscientes de cómo respiramos y cómo nos sienta, lo que puede ser muy recomendable para nuestro día a día.