Es una palabra procedente del Budismo íntimamente relacionado con la meditación que utilizamos con frecuencia sin ser conscientes de lo que en realidad significa. Tener buen o mal Karma, el Karma ha hecho que… a veces lo consideramos sinónimo de destino, de espíritu, o relacionamos su significado con de cierto fatalismo. Nada de eso es exactamente cierto. Te explicamos qué es el Karma y cómo afecta a tu vida presente y, tal vez futura.
El Karma es el resultado de la Ley de causa – efecto. Karma es al mismo tiempo “acción” y “consecuencia”. Una serie de hechos que tienen una causa u origen y que también provocan una serie de efectos o consecuencias. En realidad, es curioso que este término, tan profundo y espiritual, se base en una ley física elemental, aquella que establece que cualquier acción lleva aparejada una reacción.
Cómo funciona nuestro Karma
Es esa Ley de causa - efecto la que determina que todo lo que hagamos en nuestra vida, de algún modo y en algún momento, regresará a nosotros. Las buenas acciones, que desencadenan emociones positivas, volverán a nosotros en forma de bondad, felicidad y amor. De igual modo, el mal que generemos, también regresará y nos afectará tarde o temprano.
El concepto simplificado podría traducirse en: si tus acciones se basan en el amor, tu karma es positivo y te proporcionará paz interior, felicidad y una vida plenamente satisfactoria, mientras que, toda la negatividad que generes, también volverá a ti provocando tu propia infelicidad.
Según cada religión, cada pensamiento filosófico o cada cultura, este concepto de Karma tiene distintas connotaciones, desde ganarte el cielo a través de tus buenas obras, según las creencias cristianas, hasta reencarnarte en un ser superior en vidas posteriores si en ésta has hecho el bien como señala el Budismo. En cualquier caso, la idea es la misma: el amor trae amor y el odio, más odio y sentimientos dañinos.
¿De qué depende el Karma? ¿Es algo que nos viene dado?
El término Karma se ha occidentalizado tanto que ha dado lugar a interpretaciones erróneas. El Karma no es el destino y no es algo que esté escrito. Es algo intangible, que podría identificarse con la propia energía que desprendes. Esas buenas o malas “vibraciones” que en ocasiones creemos detectar en ciertas personas, podrían ser la mejor expresión de su Karma.
Tener energía positiva o negativa, es decir, contar con buen o mal Karma solo depende del propio individuo y de sus acciones. No está predeterminado y no es cuestión de “suerte”. No lo imponen Buda, Dios, Alá o el Universo sino el propio ser humano con la intencionalidad de sus actos. Recuerda, se trata únicamente de recoger, en un futuro más o menos próximo, lo que tú hayas sembrado.
¿Cómo tener buen Karma?
Sabiendo qué es el Karma y teniendo claro que su positividad o negatividad depende de ti, llega el momento de llevar este concepto a tu día a día.
Las emociones y sentimientos negativos o tóxicos como la envidia, el rencor o el odio son los principales responsables de las malas acciones. Intentar eliminar esos sentimientos de tu interior es el primer paso para “sanar” tu Karma y llenarte de buenas vibraciones. La meditación es la vía para lograrlo y para conseguir la paz y el equilibrio que necesitas para que prevalezcan las buenas acciones frente a las malas.
Además, trabaja en tu karma positivo respetando la naturaleza y a cada una de sus criaturas (personas incluidas), da cariño y alegría a los que te rodean, evita los malos pensamientos y descarta cualquier acción que provoque sufrimiento a otro… como ves, el buen Karma solo depende de ti y, aunque lograrlo no resulte sencillo, recuerda que, según la ley de causa y efecto, todo lo bueno (y lo malo) que hagas, volverá a ti.