Dejar ir para encontrar

Aprender a dejar ir para crecer

Dejar ir no es algo fácil. En nuestra vida dejamos atrás un sinfín de cosas. Dejamos ir trabajos, dejamos ir hogares, ciudades, oportunidades y a veces, también dejamos ir a personas. Se trata de procesos dolorosos que forman parte de nuestro desarrollo personal. Procesos que a veces los hacemos por iniciativa propia y otras veces porque no nos queda más remedio. La cuestión es que aprender a dejar ir sea el objeto de interés cual sea, forma parte de nuestro camino. Y nuestro camino está lleno de baches que nos hacen crecer y de situaciones que requieren una despedida. Quedarse atascado en una de estas situaciones hará que no podamos crecer. No importa si la situación es un trabajo mediocre o una pareja que no te aporta nada bueno. La realidad es que dejar ir es fundamental para crecer, para ser felices.

La manía de aferrarnos a lo que nos duele

Tanto las cosas como las personas que nos han conseguido hacer más daño son las que más han significado para nosotros. Puede ser que en un momento nos hicieran pasar buenos momentos, que nos hicieran sentir especiales. Lo peor es que, cuando dejan de estar pensamos que dejamos de ser especiales. Es un error común el de aferrarnos a lo que nos duele, a lo que nos impide avanzar. Si bien es cierto que nuestras emociones y nuestros sentimientos están ahí. Por eso es tan importante dejar ir para cerrar puertas, para no quedarnos atrapados.

La verdad es que al final esto se asemeja a una adicción. Como una droga que no nos deja desprendernos aunque nos vaya matando poco a poco. Creamos una idealización de cómo sería todo si no fuera como es ahora y nos agarramos a una irrealidad. Una situación que nos impide crecer, y como tal, debemos ponerle fin. Porque a veces no hay daño peor para nuestra autoestima y para nuestra integridad que el que nos hacemos nosotros mismos.

Nos aferramos a cosas porque pensamos que cambiar es complicado. Nos da miedo que lo venga sea peor de lo que ya tenemos, y preferimos nuestro propio sufrimiento a uno nuevo. Se trata de un sentimiento que nos impide avanzar. Pero tenemos que ser un poco más valientes, y dejar ir para ser más nosotros.

La importancia de soltar

A nadie le extraña la idea de dejar la casa de los padres para aprender a volar solo. Del mismo modo, sabemos que en nuestra vida profesional, ir subiendo puestos de trabajo, y dejar atrás nuestra mesa de antes se considera un logro. Pues bien, en nuestra vida personal, el movimiento se demuestra andando, y para crecer hay que dejar atrás situaciones que no nos benefician. Al final, lo que importa es no dejarnos a nosotros mismos. Por eso es vital vivir en el presente y tomar las riendas de nuestra vida.

Pongamos un ejemplo. Imaginemos una relación de pareja en la que los comienzos fueron muy bonitos pero con el tiempo se ha ido deteriorando. Así, dejar ir al otro en paz, puede suponer un esfuerzo, pero luego, las cosas pueden cambiar. Puede que conozcamos a alguien que sí nos haga felices y escapemos de esa situación que nos genera tanto mal. Y es que, cuanto más nos empeñemos en no dejar ir, menos creceremos y más nos costará soltar.

¿Qué puedo hacer para aprender a dejar ir?

Te recomendamos que, para empezar, hagas una valoración de tu situación y lo que estás sintiendo. Será mejor que analices las razones por las que no quieres dejar ir y qué es lo que más miedo te da perder. Como decimos, aprender a vivir el presente, el aquí y el ahora, es una de la técnicas mejores para aprender a soltar aquello que ya no queremos.

Un ejercicio que muchas personas hacen es escribir aquello a lo que se aferran en un globo de helio, y después, lo dejan ir, sonriendo y diciendo adiós mirando como se aleja en el cielo. Se trata de un primer paso para visualizar, lo bueno que será dejar ir aquello que te hace sufrir.

Es importante que analicemos las causas y consecuencias de nuestra situación y veamos como podemos arreglarlas. Sabemos que deshacernos de algo duele, pero no podemos seguir estancados en una situación que nos hace daño.

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Mamen Palanca

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad CEU Cardenal Herrera. Amplia experiencia en el campo de la redacción de artículos y reportajes de diferentes temáticas, destacando la psicología. Por este motivo, actualmente continúa su formación académica cursando los estudios de Grado en Psicología por la UNED, motivo por el cuál es una apasionada del campo de desarrollo personal y la gestión emocional.

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