Cosas que demuestran que no es importante tener siempre la razón

Por el mundo nos encontramos con personas que necesitan tener siempre la razón. Es cierto que a ninguno de nosotros nos gusta que nos digan que estamos equivocados. Tener la razón en una discusión hace que nuestra autoestima salga reforzada y por eso nos gusta tanto. Sin embargo, lo que hacemos es deteriorar nuestro proceso de desarrollo personal y la verdad es que todo tiene un límite.

Aunque es normal querer tener la razón, tenemos que entender que existe una necesidad imperiosa que se sale de lo normal. Se trata de esas personas que no conocen límites, que con tal de tener razón son capaces de mentir e incluso herir a quienes aman. Se trata de personas con ego y falta de empatía, que como todos los demás actos relacionados con estos problemas, acaban en consecuencias desastrosas.

Qué consecuencias pueden sufrir las personas que necesitan tener la razón

En este artículo de Refugio del Alma vamos a comprobar cuáles son las consecuencias que pueden sufrir las personas que siempre quieren tener la razón y lo que verdaderamente se esconde detrás de este comportamiento.

Querer tener siempre razón nos aleja de los demás

Nuestros seres queridos son una parte fundamental de nuestra vida, de nuestras relaciones personales y también de nuestro día a día. Y es que, el hombre es un ser social, y esta cualidad nos ayuda a sobrevivir ya que, vivir con los demás siempre es más útil que hacerlo solo. Pero si nos empeñamos en tener la razón, lo único que conseguiremos será desacreditar a los demás, herirles y separarlos de nosotros.


Además, dialogar con una persona que se aferra de tal forma a su verdad será muy difícil, lo que hará que, poco a poco, las personas, aunque la quieran, no tengan más remedio que dejar de pasar tiempo con ella porque al final estas personas se convierten en personas tóxicas. La imposibilidad de mantener una conversación se hará cada vez más patente y esto hará que esa persona cabezota se quede aislada y sin amistades.

Querer tener siempre la razón nos cierra la mente

Tener una mente abierta es una cualidad que puede acercarnos hacia el éxito. Alejarnos de la necesidad de tener siempre la razón nos da la oportunidad de plantearnos nuevas ideas, investigar nuevos horizontes y descubrir cosas que nadie había pensado. Sin embargo, si nos aferramos a nuestras ideas y levantamos un muro alrededor no conseguiremos ver más allá, y no tendremos la oportunidad de brillar en nuestro trabajo. Nuestras ideas serán cuadriculadas y puede que no fallemos, pero lo que está claro es que nunca destacaremos.

Querer tener siempre la razón acaba con nuestra salud mental

Sí, el hecho de que queramos tener siempre la razón nos aísla, como ya hemos comentado en el primer punto. Y si bien vivir en sociedad es necesario para la supervivencia, también lo es para nuestro equilibrio emocional y para nuestra salud mental. Todos hemos visto una película en la que una persona se encuentra tan sola que habla con objetos inanimados. Y aunque suene algo radical, ese es el futuro que nos espera, si nos volvemos personas difíciles de tratar.

Nos pasamos la vida intentando cuidarnos, leyendo sobre personas tóxicas, evitándolas y convenciéndonos de que lo mejor es apartarnos de la gente que nos hiere. Pero, ¿qué pasa si somos nosotros esas personas tóxicas que necesitan tener la razón? Hay que tener en cuenta que no hace falta ser mala persona para ser tóxica, pero mostrarse estricto y no entender la posición de los demás, puede llevarte a estar solo. El caso es que, esto es una de las cosas que delatan una falsa autoestima y llegado el caso en el que te encuentres solo, tu salud mental puede comenzar a resentirse. Vale la pena comenzar a entender las opiniones de los demás, y esta también será una forma de apostar y de cuidarte a ti mismo.

Querer tener siempre la razón te impide aprender

Aunque dicen que la curiosidad mató al gato, lo cierto es que la falta de la misma mata la inteligencia. Solo las personas curiosas sienten necesidad de aprender cosas nuevas, de saber cada vez más. Si creemos que tenemos siempre la razón, dejaremos de sentir curiosidad, dejaremos de aprender e incluso perderemos nuestra esencia más pura.

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Mamen Palanca

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad CEU Cardenal Herrera. Amplia experiencia en el campo de la redacción de artículos y reportajes de diferentes temáticas, destacando la psicología. Por este motivo, actualmente continúa su formación académica cursando los estudios de Grado en Psicología por la UNED, motivo por el cuál es una apasionada del campo de desarrollo personal y la gestión emocional.

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