Hacer lo correcto o hacer lo incorrecto

Cómo saber qué es lo correcto

Desde bien pequeños aprendemos a distinguir que es el bien y el mal. Todos tenemos claro que matar está mal y que ser generosos está bien, y es que, con cosas tan drásticas no hay problema. Sin embargo, existen muchas situaciones en la vida en las que las cosas no están tan claras. El bien y el mal no tienen los colores de blanco y negro y saber lo que está bien o mal para nosotros mismos es algo más complicado. Porque hacer lo correcto o lo que la sociedad dice que debemos hacer no siempre nos hace felices, por ello sí, hemos de hacer lo correcto, pero aquello que sepamos que va a ser bueno para nosotros tras un proceso de reflexión. Todo este proceso incidirá de forma positiva en nuestro desarrollo personal y nos aportará claridad en aquellos momentos que más complejos nos resultan.

Aceptar un trabajo, tener una relación, comprometerse con un proyecto.... estas decisiones no tienen la claridad del bien y el mal, y en muchas ocasiones no sabemos si decir si sí o si no será el camino correcto. En cualquier caso, tomar decisiones siempre nos lleva algo de estrés, por eso, una guía de cómo saber qué es lo correcto para nosotros puede sernos de mucha utilidad para conseguir tomar decisiones de las que en el futuro nos sintamos orgullosos.

No todo es blanco o negro

Uno de los principales problemas que nos atormentan cuando tenemos que tomar decisiones es hacer lo correcto o lo incorrecto. Tenemos la impresión de estar en la cuerda floja y parece que dar un paso en falso nos va a llevar al más absoluto desastre. Sin embargo, si te pones a pensarlo, seguro que muchas decisiones que parecían incorrectas han traído su lado bueno, e incluso las mejores decisiones traen consecuencias devastadoras. Y el mejor beneficio de hacer lo correcto nos ayudará a superar esa insatisfacción personal de la que no nos podemos deshacer.

No hay algo bueno o malo, no existen los extremos y todo tiene su lado bueno y su lado malo. Puede que nos equivoquemos y ese trabajo por el que nos hemos decantado nos salga rana, sin embargo, seguro que el aprendizaje de haber tomado esa decisión nos sirve para la siguiente en nuestra vida. Y es que, más que acertar, lo importante es decidir y elegir aquello que nos hace felices y sentir bien.


Es más, muchas veces ni siquiera sabemos si hemos tomado una decisión correcta o incorrecta. Si nos sentimos positivos, vamos a pensar que hemos dado en lo cierto, y si las cosas nos parecen más negras, seguramente pensaremos que tendríamos que haber ido por otro lado. Así que lo mejor en esta situación es no pensar demasiado, dejar que el tiempo pase y ver qué sucede.

Cuando la decisión es no hacer nada

Son muchas las ocasiones en las que, el estrés de tener que tomar una decisión nos paraliza y nos deja sin armas para ir hacia un lado o hacia otro. Lo cierto es que, aunque pueda parecer que así no tenemos que decidir, hemos de tener presente que, si tomamos la opción de no hacer nada, también estamos decidiendo. Y en estos momentos hay que recordar que siempre es el momento apropiado para hacer lo correcto, incluso cuando creamos que algo no tiene solución. Porque si al si no hacemos nada, nuestra autoestima también se verá afectada, y eso es algo que no nos podemos permitir.

No hacer nada suele darse como una solución cobarde, como algo que hacemos cuando no sabemos que hacer, como aquel que se queda esperando sentado en casa que las oportunidades llamen a su puerta. Sin embargo, no hacer nada es válido en aquellos casos en los que sabemos que vamos a reflexionar con la idea de ser más prudentes y esperar mejores alternativas.

Pero la verdad es que, en la mayoría de las ocasiones, no hacemos nada por miedo a hacer algo, por lo que estamos huyendo de toda responsabilidad. Se trata de algo que puede darnos la tranquilidad que esperamos en ese momento, sin embargo, a largo plazo nos llevará a la frustración y nos creará más ansiedad.

Es importante que analicemos bien el asunto y que veamos si ser prudentes es la mejor opción o si simplemente estamos obviando la responsabilidad que debemos encarar. La vida es una aprendizaje y lo que importa es ir hacia algún sitio o hacia otro, y aprender de ello.

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Mamen Palanca

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad CEU Cardenal Herrera. Amplia experiencia en el campo de la redacción de artículos y reportajes de diferentes temáticas, destacando la psicología. Por este motivo, actualmente continúa su formación académica cursando los estudios de Grado en Psicología por la UNED, motivo por el cuál es una apasionada del campo de desarrollo personal y la gestión emocional.

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